"Ni un euro más para defensa, todos los euros para vivienda": la calle se activa contra el rearme con el epicentro en Catalunya
El movimiento antimilitarista levanta la voz con la lectura de un manifiesto ante el Congreso y tantea el terreno de las movilizaciones

Madrid"Forman parte de nuestra memoria colectiva reciente las multitudinarias manifestaciones en contra de la guerra de Irak impulsada de forma ilegal por el gobierno de José María Aznar", recuerda el manifiesto titulado No nos resignamos al rearme ya la guerra en Europa que leyeron este miércoles los actores Juan Diego Botto y Carolina Yuste a las puertas del Congreso en plena comparecencia de Pedro Sánchez en la que el presidente justificó el incremento del gasto en defensa. El contexto político y social es ahora muy distinto al del 2003, cuando millones de personas salieron a las calles para gritar "No a la guerra", e incluso formaciones de la izquierda advierten que hay que ir más allá de las pancartas exhibidas hace veinte años. Sin embargo, el movimiento por la paz sigue organizado y busca fórmulas para influir en una opinión pública condicionada por la "propaganda belicista" que se ha puesto en marcha desde el inicio de la guerra de Ucrania.
"Nuestra opción es intentar movilizar a toda esta sociedad que lleva años movilizándose", explica en una conversación con el ARA Tica Font, presidenta del Centro Delàs de Estudios por la Paz, una de las organizaciones impulsoras del manifiesto que ya ha conseguido más de 16.000 firmas entre las cuales las de caras conocidas del mundo, Tosar o Rozalén), la academia y el activismo y de más de 800 entidades. No se han invitado a partidos políticos, pero en la concentración frente a la cámara baja estuvieron presentes diputados de Sumar, ERC, EH Bildu, Podemos o el BNG. El manifiesto y el acto de este miércoles se han gestado en menos de diez días a través de las redes de coordinación existentes en el ámbito estatal de ONG de desarrollo y entidades que trabajan por la paz, pero el objetivo es tejer sinergias con todos los movimientos sociales –pensionistas, activistas por el clima, entidades en defensa de la vivienda o la sanidad–. La iniciativa, describe Font, parte principalmente de Catalunya donde se encuentra el movimiento antimilitarista "más potente" del Estado.
Partiendo de la base de que los promotores de esta protesta no se creen la promesa del presidente del gobierno español de que no se recortará gasto social aunque se aumente la militar, hacen un llamamiento a la movilización de la sociedad civil organizada en torno a diferentes reivindicaciones para proteger los derechos sociales y económicos. Font, vinculada al movimiento por la paz desde 1987, recuerda que en sus primeros años existía "más predisposición" a la protesta antimilitarista y actualmente percibe que la población "se ha relajado mucho más, le cuesta más movilizarse y tiene luchas sectorizadas". "Aquí lo que nos unirá no es la paz. Nos unirá que no queremos que recorten el presupuesto social", reflexiona la presidenta del Centre Delàs. En este sentido, el manifiesto advierte que "los contextos militaristas suelen ir acompañados de retrocesos en derechos, libertades y políticas sociales".
Font explica que de momento están "tempeando" el terreno y se unirán a convocatorias como la del 5 de abril del Sindicato de Alquiladoras para bajar los precios de los alquileres e introducir su mensaje: "Por decir ni un euro más para defensa, todos los euros para vivienda", avanza. "Iremos viendo cuánta fuerza de movilización social hay", apunta. Si bien la histórica protesta contra la invasión promovida por el expresidente estadounidense George Bush fue "excepcional" y difícilmente repetible, el movimiento por la paz no se desanima y avisa de que plantará cara contra el clima de "miedo" que se está imponiendo "sin ningún sentido lógico" para justificar el rearme.