La Federación Catalana de Fútbol no hará nada por conseguir la oficialidad de las selecciones catalanas
La oficialización de la selección de Euskadi de pelota vasca abre una vía, pero la confrontación y las dificultades abundan en este asunto

BarcelonaUn precedente favorable, un acuerdo de investidura y una ley española que facilita las cosas. La oficialidad de las selecciones deportivas catalanas cuenta con estos ingredientes para llegar a buen puerto. De hecho, la selección de Euskadi de pelota vasca ha sido la primera en conseguir la oficialidad aprovechándose de la ley estatal del deporte de 2022, que abre la puerta al reconocimiento internacional de las selecciones de deportes que tengan un "especial arraigo en el territorio" o cuando la federación autonómica se hubiera constituido antes que el estatal. Y ese cometido debería promoverlo la oficina del Gobierno para la promoción internacional de las selecciones, pactada en el acuerdo. de investidura PSC-ERC. Con todo, el conseller de Deportes, Berni Álvarez, causó desconcierto cuando dijo en una entrevista en El País la semana pasadaque "no es el momento" de impulsar a la selección catalana de fútbol y rebajó expectativas sobre los deportes principales, algo que causó malestar en ERC, que lo vio como una "renuncia" y reclamó el cumplimiento de todos los acuerdos. ¿Será ésta otra piedra en el zapato de la legislatura?
En la misión por la oficialidad, juegan un papel clave las federaciones, pero también la política. PSC y ERC pactaron promover "la proyección internacional" de las federaciones catalanas y el "reconocimiento" de las selecciones. Por eso, acordaron que se constituiría una oficina gubernamental –con 100.000 euros de presupuesto– para ofrecer el "apoyo activo" a las federaciones que de acuerdo con la ley estatal "pueden optar a la participación directa en el ámbito internacional", velando por que el Consejo Superior de Deportes estatal las reconozca. ¿Quiere decir esto que los deportistas catalanes podrán competir internacionalmente bajo la bandera? Fuentes de la conselleria de Deportes subrayan que su objetivo es "acompañar a las federaciones en el camino que quieran recorrer", pero que no impondrán "el modelo a seguir".
El fútbol no quiere "entrar en política"
Dentro de las federaciones las hay que querrían trabajar por la oficialidad, las hay que no se posicionan y las hay que no quieren. Quien no está por el trabajo de presionar por la oficialidad es la Federación Catalana de Fútbol. Fuentes del organismo que lidera Joan Soteras han aclarado al ARA que la federación "sólo está para ayudar al deporte" y "no para entrar en política", por tanto, sin interés en posicionarse. De hecho, cierran filas con el conseller –cuando dice que no es el momento de impulsar la selección catalana de fútbol– y aseguran que están "perfectamente alineados". Llegan a decir que el conseller, en global, fue "excelso".
Quien sí reivindica la oficialidad es el vicepresidente de la Plataforma Pro Selecciones Catalanas, Sergi Blázquez, que está en lucha por esta reivindicación desde los Juegos Olímpicos de 1992. Se muestra optimista por la ley y reacio por el conseller. Con la ley en la mano cree que cerca de la mitad de federaciones pueden tener un camino fácil para conseguir la oficialidad, pero en las más importantes "habrá que negociarlo" con el gobierno español. Antes de la ley actual, sostiene que la Plataforma –que contribuyó a la oficialidad de 21 disciplinas, la mayoría minoritarias y algunas acabaron expulsadas por “presiones”– debía luchar contra las federaciones españolas y el Consejo Superior de Deporte.
El baloncesto, el rugby y el hockey
Blázquez, en cambio, ve que ahora "no habría esta beligerancia" del Estado y que es "factible que muchos deportes sean reconocidos", como el balonmano, el hockey hierba, el hockey patines o el rugby. Pero también el baloncesto –con una federación más antigua que la estatal, como el fútbol–, aunque cree que sería "el segundo deporte más difícil" por los "millones que mueve". Desde la Federación Catalana de Baloncesto no se plantean la oficialidad de las selecciones catalanas absolutas, según explican fuentes de este ente al ARA, porque la FIBA no reconoce a Cataluña como país. "Sin embargo, nos gustaría este reconocimiento y poder seguir disputando partidos de ámbito internacional", matizan. Confían en que la nueva oficina anunciada por el Gobierno les ayude a potenciar las selecciones de formación.
El rugby catalán también se muestra escéptico al respecto. "A las instancias internacionales no les gustan este tipo de cosas", lamenta el presidente de la Federación Catalana de Rugby, Ignasi Planas, quien recuerda "la oposición radical" del Estado todas las veces que han intentado abrirse camino a la federación internacional, de la que fueron socios fundadores en 1934. "Pero si hay una rendija, la aprovecharemos", sostiene. Donde no lo tienen tan claro es en la Federación Catalana de Hockey, que no tiene ningún posicionamiento oficial.
Los deportes de invierno lo miran con atención. Su presidente, David Samper, explica que la promoción del deporte catalán de invierno va más por el camino de promover eventos internacionales en Catalunya que para buscar la oficialidad, dado que en los deportes de nieve las competiciones son todas por países. "La organización internacional no lo aceptaría", expone, aunque asegura que trabajan para que Catalunya esté "representada" en las competiciones.