Pedro Sánchez, la lluvia y los pactos: por qué la sequía no ha sido el gran tema del 12-M

La crisis hídrica complicó el tramo final de la legislatura, pero no ha centrado las críticas a ERC en campaña

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Estado actual de la sequía en el pantano de Sau.

BarcelonaEra la gran crisis que se cernía sobre el Gobierno antes de la convocatoria de elecciones y que amenazaba con complicar (y mucho) el último tramo de la legislatura: la sequía obligó a la Generalitat a declarar la emergencia frente a unos niveles de agua en los embalses en caída libre después de 42 meses de precipitaciones escasas. Pero finalmente la lluvia llegó y el volumen de agua en las cuencas internas se elevó de un 16% a un 25%, lo que ha permitido al Gobierno levantar la emergencia a cinco días de las elecciones del 12 de mayo.

Tras centrar uno de los debates monográficos más mediáticos de la legislatura, la sequía y la lucha contra el cambio climático han pasado a un segundo plano a pesar de ser la primera preocupación de los catalanes, según el último barómetro del CEO. Ha habido choques puntuales entre el Gobierno y la oposición -por ejemplo, por la decisión de permitir llenar las piscinas privadas a condición de que se abrieran al público-, pero la irrupción de Pedro Sánchez y su período de reflexión en campaña y las rencillas sobre pactos han robado el protagonismo a una crisis que heredará el próximo gobierno de la Generalitat. Porque, pese a las últimas lluvias, Catalunya sigue en excepcionalidad por falta de agua.

El anuncio de flexibilización de las restricciones tampoco ha suscitado ninguna gran ola de reacciones, ni a favor ni en contra del Gobierno. Desde el PSC, Salvador Illa declinó hacer "electoralismo", aunque lamentó enterarse de la decisión por la prensa. Fuentes de los comunes esperan que no sea "una decisión puramente electoralista" y, aunque no entran en sangre, sí advierten que la mayoría de expertos recomendaban más prudencia. Sólo la CUP ha reprochado abiertamente al Govern no haberse esperado a que las reservas no subieran algo más arriba del 27% y no ven casual que coincida con la llegada del verano, el gran momento de negocio del sector turístico. Juntos, Cs, PP y Vox no han entrado en el levantamiento de la emergencia.

Oxígeno para el gobierno de ERC

En cualquier caso, en ERC respiran algo más tranquilos después de que las lluvias hayan dado oxígeno al gobierno republicano que, a falta de sólo días para que entre en funciones, ha sorteado la presión de algunos sectores para estudiar un posible trasvase del Ebro y la modificación del plan de sequía. "A partir del nuevo escenario, los campesinos podrán regar tres veces más de lo que podían regar en situación de emergencia" ahora que es temporada de sembrar, celebró el presidente y candidato de ERC, Pere Aragonès, en el debate de TV3. El mismo día del anuncio el consejero de Acción Climática, David Mascort, se estrenó en campaña en un mitin en Olot donde, sin embargo, se limitó a realizar una defensa general de la gestión de Esquerra al frente de la cartera a favor de las "clases populares", sin entrar en el relajamiento de las restricciones. En el mismo mitin, sin embargo, la expresidenta del Parlament Carme Forcadell tuvo un arrebato de sinceridad: "Suerte que esta semana ha llovido. Porque si no, pobre, lo tenía negro", reconoció.

La decisión del Gobierno de optar por desaladoras móviles por no tener que recurrir a los barcos con agua desalinizada apalabrados con el Estado también desactivó el debate sobre si Catalunya debía pedir ayuda a otras comunidades para garantizar el suministro. Por último, ya pesar de haberlo acordado con el gobierno de España, la Generalitat optó por instalar una decena de desalinizadoras nuevas, una de ellas en el puerto de Barcelona, ​​y cancelar los planes de traer agua desde Sagunto . El PSC y los comunes habían alabado el entendimiento entre ambas instituciones para hacer frente a la crisis hídrica, algo que apuntalaba el relato de colaboración que ambos partidos reivindican frente a Junts, que criticó que Aragonés fuera a "mendigar" agua en Madrid. El PP aprovechó el episodio para cargar contra el independentismo: "Mientras ellos levantan muros, nosotros hacemos puentes", dijo el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Medidas

Aunque no se ha convertido en el gran tema de la campaña, los candidatos no han obviado la sequía en sus mítines ni programas electorales. Isla ha prometido que, de llegar a ser presidente, su primera medida será un decreto de emergencia con 3.500 millones para poner al día las infraestructuras hídricas. Pero los socialistas han reprobado la gestión del Gobierno de la sequía al igual que la de la educación, la seguridad o las renovables, y tampoco han centrado exclusivamente las críticas en Esquerra: para el PSC, el inicio de esta "década perdida arranca con Artur Mas y, por tanto, también responsabiliza a Junts, una tesis que también han suscrito Cs, el PP y Vox. En algún debate, el número 3 de Junts, Josep Rull, se ha vuelto asegurando que si no se realizaron las inversiones necesarias contra la sequía fue porque el tripartito dejó endeudada a la Agencia Catalana del Agua. Juntos también ha reivindicado el Pacto del Ter impulsado por el gobierno de Puigdemont para garantizar el abastecimiento de agua.

Para la CUP y los comunes, el debate sobre la sequía es sobre todo un debate sobre el modelo productivo. Jéssica Albiach y Laia Estrada han hablado en campaña de la escasez de agua para denunciar macroproyectos como el Hard Rock o reclamar que se pongan límites al turismo de masas. El consumo de agua es, de hecho, uno de los argumentos recurrentes que Albiach pone sobre la mesa para justificar su negativa al macrocasino, alegando que consumiría tanta agua como una ciudad de 30.000 habitantes. Ambas formaciones reprochan al Gobierno que aplique restricciones al sector industrial y al agrario mientras el hotelero tiene "barra libre con el agua", sin limitaciones específicas. Habrá que ver si, de ser decisivos para la formación de un nuevo Gobierno, los comunes o la CUP hacen de estas peticiones una línea roja.

La amnistía, poco debatida

Pese a haber marcado la actualidad política de los últimos meses, la amnistía tampoco ha centrado el debate entre los partidos catalanes cara al 12-M. ERC y Junts sacaron pecho de su fuerza negociadora en Madrid para hacerla posible, y los comunes argumentan que, finalmente, los socialistas les acabaron dando la razón con una medida que defendieron desde el principio del Proceso. Cs, Vox y el PP sí han aprovechado el giro del PSC con la medida de gracia para atacar a Salvador Illa, pero el candidato socialista ha pasado de puntillas sobre el olvido judicial del Proceso y se ha ahorrado tener que dar explicaciones sobre el su cambio de posición. Temas como la vivienda, la lengua y la seguridad han tenido mucho más peso en la campaña.

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