Dulces de estrella Michelin, sin gluten y veganos, en la capital de los indigets
Eva Feliu inaugura en Ullastret la Pastelería 1001, una propuesta de postres creativos de mucha calidad y con atención a los alérgenos


Ullastret (Baix Empordà)En Ullastret, uno de los pueblos con más historia de Cataluña, capital ibérica de la tribu de los indigetes durante el siglo VI aC, acaba de abrir una nueva pastelería que apunta muy arriba. Se trata de la Pastelería 1001, de Eva Feliu, justo al lado de Recuits Nuri, uno de los obradores más famosos de éste producto lácteo tan típico del Empordà. Después de muchos años trabajando y formándose como pastelera en grandes restaurantes con estrella Michelin, como el Aürt de Barcelona y el Bo.Tic de Corçà, Eva Feliu, nacida en Ullastret e hija de la segunda generación de Recuits Nuri, ha decidido aventurarse con su propio negocio. Un proyecto a fuego lento, pensado para elaborar postres con total autonomía y libertad, lejos del estrés de la capital y sin las obligaciones de los horarios intempestivos de los turnos de noche en un restaurante. Apenas ha empezado a funcionar esta Navidad, con las primeras pruebas para amigos y conocidos de turrones y pasteles. Ahora, en febrero, Feliu ya lo tiene todo en orden para inaugurar oficialmente y empezar a vender al público general.
La propuesta es singular e interesante, de base tradicional pero a la vez creativa, hecha con productos de temporada, proximidad y muy cuidadosa con los alérgenos. Feliu es celíaca y se ha formado preparando postres aptos para esta intolerancia, así que en la 1001 todos los dulces son sin gluten, hechos con harina de almendra, arroz o garbanzo. Además, también existen opciones sin leche, sin frutos secos y veganas; todas muy bien conseguidas, aptas para cualquier cliente, puesto que no se nota la diferencia. El uso moderado del azúcar es el otro gran denominador de las elaboraciones de Feliu, dado que para endulzar de una forma más saludable y menos empalagosa utiliza la dulzura de frutas, verduras y técnicas modernas aprendidas en los restaurantes de estrella. "Creativamente, mi etapa en el Aürt y en el Bo.Tic me ha servido mucho para acercarme a ingredientes y técnicas que normalmente no se aplican a la pastelería tradicional, como el uso de boniatos o chirivías para rebajar el azúcar, o las técnicas con inulina, un compuesto molecular de la fructosa,"
Tarta de calabaza a la brasa, bombones de chocolate de Tanzania o helado de remolacha y pomelo
El local es pequeño, con un diseño impoluto y el obrador a la vista. En el mostrador se puede encontrar una variedad de pasteles, tanto individuales como para compartir, la mayoría con textura de mousse, cremosa y esponjosa, base de galleta y toques crujientes: un preparado de manzana muy fino, un combinado de chocolates con cobertura o una tartaleta con calabaza a la brasa, crema de jengibre y cabello. También hay un surtido muy completo de bombones y galletas de chocolate, con variedades de cacao muy intensas provenientes de Tanzania y Ecuador, naranja amarga y praliné. Igualmente, existe una sección de helados caseros, de éstos con la tarrina hundida, nada hinchados, con gustos sorprendentes como el de remolacha y pomelo, o el de especias y pieles de cacao, además de las clásicas de fresa o frutos secos. Por último, un surtido de yogures hechos de Ca la Nuri con toppings, compotas y mermeladas. Todo, mil y una elaboraciones –y de ahí el nombre– que irán cambiando según la época del año. Ahora bien, en esta pastelería no hay ni croissants ni bollería pensada para el día a día, pero sí hay una barra y una terraza para ir a desayunar o comer los dulces acompañados de un café de especialidad.
En estas primeras semanas, Feliu ha recibido el contacto de algún restaurante de la zona por si le querría hacer asesoramiento en el postre o vender alguna elaboración, pero la colaboración todavía no se ha concretado, si bien es probable que en los próximos meses algunos de los dulces de la 1001 se puedan probar en la mesa de un restaurante.
A pesar de la calidad y la sofisticación, ninguna de las propuestas es excesivamente cara, y menos en comparación con otras pastelerías de la comarca, más tradicionales pero igualmente muy buenas. "Supongo que el fin de semana y las temporadas de vacaciones de verano o Semana Santa será cuando más gente vendrá, en Ullastret tenemos muchos turistas franceses y gente de Barcelona, pero confío en que con esta propuesta más inclusiva con los alérgenos también interesará a la gente de aquí", comenta Feliu. Y termina: "Es cierto que todo el mundo tiene su pastelería de referencia ya veces cuesta cambiar, pero creo que podemos ser una buena alternativa para todo el mundo que quiera probar algo diferente en una ocasión especial".