El BCE recorta por cuarta vez consecutiva los tipos y abre la puerta a nuevas bajadas
El organismo bancario reduce el precio del dinero 0,25 puntos, hasta el 2,75%

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BruselasEl Banco Central Europeo (BCE) se mantiene inmune a la inestabilidad mundial. No importa las amenazas de Donald Trump o el terremoto bursátil provocado por elstart-up china de inteligencia artificial DeepSeek. El organismo bancario ha tomado por unanimidad este jueves la decisión prevista y rebajará 0,25 puntos porcentuales los tipos de interés, hasta el 2,75%. De esta forma, tras reducir el precio del dinero por cuarta vez consecutiva, la entidad con sede en Fráncfort lo vuelve a situar por debajo del 3%, unos niveles que no se alcanzaban desde inicios de 2023. ~BK_SLT_LNA ~ Así pues, el BCE ha actuado como es habitual: con una previsibilidad absoluta. Desde el primer momento en que la entidad financiera empezó a subir el precio del dinero, en el verano del 2022, ya avisó de que su objetivo era situar la tasa de incremento de precios cerca del 2%. Y, ahora, que la tendencia inflacionista se consolida claramente a la baja y el pasado diciembre la inflación ya fue del 2,4%, el organismo financiero ha decidido continuar la senda de reducción del precio del dinero que inició en junio de el pasado año. "El proceso de desinflación sigue avanzando", ha insistido en la rueda de prensa de este jueves la presidenta del BCE, Christine Lagarde.
De hecho, la dirigente francesa ha pronosticado que el objetivo de situar la inflación en el 2% "probablemente" se alcanzará a "medio plazo, a lo largo de este año". Además, destaca que la "mayoría de los indicadores sugieren" que el incremento de precios "se estabilizará en torno al objetivo de forma sostenible". Sin embargo, ha dicho que la inflación interna se mantiene "elevada" en algunos sectores en particular, especialmente en el de los servicios. Esto se debe en gran medida, según Lagarde, a que los salarios todavía se están "ajustando" a los fuertes aumentos de precios anteriores con "un retraso considerable" y siguen creciendo a unos niveles altos. Eso sí, aseguró que el aumento de los sueldos "se está moderando" y los beneficios empresariales están "amortiguando en parte el impacto sobre la inflación". "No lo celebramos, pero debe tenerse en cuenta", ha querido dejar claro la presidenta del BCE.
En este contexto, Lagarde aseguró que el BCE "hará lo que haga falta" para conseguir enderezar la inflación hasta el objetivo del 2% y abrió la puerta a nuevas bajadas durante los próximos meses. "Aún estamos en niveles restrictivos, no en un punto neutro", aseveró. Dicho en otras palabras, no cree que los tipos de interés se encuentren todavía un nivel suficientemente bajo para evitar frenar la economía, como se encuentran actualmente. Ahora bien, tampoco ha concretado a qué niveles deben situarse para que tampoco impulsen más de la cuenta la economía. "Es prematuro discutir en qué punto debemos parar, pero sabemos la dirección del viaje", ha constatado la presidenta de la entidad financiera.
El crecimiento anémico de la eurozona
Cabe recordar que el aumento de los tipos de interés es una de las principales herramientas de las que dispone el BCE para aplacar la inflación. Si el precio del dinero se encarece, los créditos –esto incluye las hipotecas– suben. Esto frena la actividad económica y, por tanto, se consigue el objetivo perseguido: reducir el aumento de precios. Sin embargo, naturalmente, uno de los efectos secundarios de los tipos de interés elevados es la debilitación del crecimiento económico.
De hecho, en el último trimestre del año pasado la economía de la eurozona sólo creció un 0,4%, según el informe publicado este jueves por el instituto de estadística de la Comisión Europea, Eurostat . Una cifra que se explica sobre todo por el retroceso registrado por Alemania en los últimos tres primeros meses de 2024, que decreció en un 0,2%, y por el de Francia (-0,1%). Además, Italia permaneció estancada con una tasa del 0%. Pero unos porcentajes que contrastan con el de España, que sigue siendo la gran economía del euro que más crece y aumentó en un 0,8%.
En este sentido, la propia presidenta del BCE admitió que las condiciones de financiación "siguen siendo restrictivas", algo que ella misma calificó de "factor adverso" para la economía de la eurozona. Sin embargo, celebró que las rentas reales "vayan mejorando" y apuntó que la desaparición de los efectos de subidas de los tipos de interés más elevadas provocará una "recuperación de la demanda".
Frankfurt se desmarca de Washington
Con la decisión de este jueves, el BCE se desmarca de su homólogo estadounidense, la Fed, de la que normalmente sigue las huellas. Este miércoles el banco central estadounidense optó por la prudencia tras el regreso de Trump a la Casa Blanca y decidió mantener los tipos de interés en la horquilla del 4,25% al 4,50%. Al respecto, Lagarde ha evitado pronunciarse, pero ha asegurado que la imposición de nuevos aranceles tendría un "impacto negativo en la economía global". De momento, sin embargo, ha sacado peso de las amenazas del magnate neoyorquino y ha asegurado que todavía no hay "nada tangible" que pueda afectar a las relaciones comerciales entre EEUU y la UE. "Son todo declaraciones y rumores", ha dicho Lagarde.
Lagarde ha cerrado completamente la puerta a la compra de bitcoins para las reservas del BCE y ha dicho que espera que no adquiera "ningún banco central". "Las reservas deben ser líquidas y seguras, y no estar bajo sospecha de blanqueo de capitales", ha justificado la líder francesa, que ha respondido así al anuncio del gobernador del banco central checo de invertir un 5% de sus reservas en estas divisas digitales. Así pues, Lagarde ha dicho que espera que Praga acabe dando marcha atrás y tampoco adquiera bitcoins.