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La UE busca en la India un socio alternativo en Trump y China

Bruselas y Nueva Delhi quieren reforzar las relaciones comerciales, especialmente en el campo de la tecnología limpia

Von der Leyen y Modi en el encuentro que mantuvieron este viernes.
01/03/2025
4 min
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BruselasLa Unión Europea está cada vez más sola. Estados Unidos, su aliado principal, va camino de poner fin a las relaciones euroatlánticas que han dominado Occidente desde la Segunda Guerra Mundial, amenazan con una guerra comercial y pretenden dejar de ser el paraguas protector en materia militar de Europa. Por otra parte, el club comunitario ha cortado en seco las relaciones con una Rusia expansionista a raíz de la invasión de Ucrania y, además, ve como un peligro las fuertes dependencias que tiene con China, a la que los líderes europeos ya han acordado tratar como un "rival sistémico". A todo esto hay que sumar la ola autoritaria y proteccionista que se esparce por todas partes –incluso dentro del bloque europeo– y que va arrinconando los valores democráticos y liberales del proyecto comunitario que hasta hace pocos años parecía que todo el mundo quería abanderar.

En este contexto, Bruselas busca socios alternativos bajo las piedras para diversificar sus lazos comerciales. Quiere dejar de tener todos los huevos en una misma cesta, sea Moscú, Pekín o incluso Washington. Así pues, a finales del año pasado el bloque europeo ya cerró el acuerdo con Mercosur –formado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay–, y con el regreso de Trump a la Casa Blanca la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, llamó a mirar nuevos horizontes y desde el Foro de Davos defendió la necesidad de tejer una nueva alianza con la India. "En esta era de intensa competición geoestratégica, Europa sigue representando la apertura y la asociación. Y por eso queremos reforzar los lazos que tenemos con uno de nuestros aliados más fiables", dijo el viernes en rueda de prensa la dirigente comunitaria.

De hecho, después de Kiiv el primer gran viaje de Von der Leyen y su ejecutivo ha sido en Nueva Delhi, donde se han reunido con diferentes representantes del ejecutivo indio y con el propio primer ministro, Narendra Modi. Según fuentes comunitarias el objetivo no era cerrar ningún tipo de acuerdo, pero sí sentar las bases para aumentar la relación para que se pueda llegar a un entendimiento comercial más adelante. En este sentido, las mismas fuentes avanzan que la intención es celebrar una cumbre entre los líderes de la UE e India durante el segundo semestre de este año, y se prevé que Bruselas presente una agenda UE-India la próxima primavera.

Sobre la mesa hay varios intereses. Para Bruselas lo principal es la importación de materiales y productos esenciales para potenciar la industria limpia europea, tales como baterías eléctricas, productos químicos, diamantes o servicios digitales. Además, la UE presiona para reducir los aranceles de la India sobre las importaciones europeas, y poder exportar de forma más económica coches, bebidas alcohólicas y diversos productos agroalimentarios. Por su parte, Nueva Delhi pretende que los trabajadores indios puedan tener un acceso más fácil al mercado laboral de la UE y tener algún tipo de ventaja en sus principales exportaciones al bloque europeo, como la ropa, el acero, productos petroleros, maquinaria eléctrica y, entre otros, productos farmacéuticos.

A estas alturas, fuentes comunitarias apuntan que el sector en el que las negociaciones se encuentran más avanzadas es el de las tecnologías limpias y los servicios digitales. Ambas partes están especialmente interesadas en potenciar la cooperación en este campo y quieren tratar de competir con Estados Unidos y China, que les traen ventaja. Ahora bien, Nueva Delhi se muestra reacio a los acuerdos comerciales agroalimentarios y ve como una ofensa los requisitos medioambientales que impone Bruselas para todos los productos que se importan a la UE.

En la misma línea, el gobierno indio que una apertura de su mercado agroalimentario vaya en contra de su sector primario, que no está tan tecnificado como el europeo y está formado sobre todo por pequeñas y medianas explotaciones. Además, hay que tener en cuenta que India es un país eminentemente agrícola, ganadero y pesquero, y estas actividades en 2023 supusieron un 16% de su producto interior bruto (PIB) y trabaja un 44% de su población activa, según datos del Banco Mundial. Por contraste, Bruselas asegura que para la UE el sector primario significa el 1,3% de su PIB y ocupa al 5% de sus trabajadores.

Por eso hay algunos estados miembros de la UE, como Alemania, que presionan para dejar de lado de las negociaciones las relaciones comerciales que tengan que ver con el sector agroalimentario y, de este modo, desatascar las discusiones sobre la tecnología limpia. De hecho, Von der Leyen anunció desde Nueva Delhi que prevé que se cierre algún tipo de pacto comercial con la India este mismo 2025.

En este sentido, la presidenta comunitaria ha reivindicado que son "las dos mayores democracias del mundo", y que comparten "muchos valores". De hecho, el investigador del think tank ECFR (Consejo Europeo de Asuntos Exteriores, en sus siglas en inglés) James Crabtree destaca que el "tamaño del mercado de la India y su crecimiento" es lo que ha provocado que la UE se haya fijado como un "socio atractivo". Según datos de la propia Comisión Europea, la UE y la India significan cerca del 25% de la población y del PIB mundiales, y el valor total del comercio bilateral asciende año a año y en 2024 alcanzó los 120.000 millones de euros anuales.

La equidistancia de Modi

La Unión Europea presiona desde el inicio de la guerra de Ucrania para que India abandone su equidistancia y elija bando. Es decir, que se ponga junto a los aliados occidentales y también imponga sanciones al régimen de Vladimir Putin. Sin embargo, Modi ha continuado jugando a dos bandas e incluso lo ha aprovechado para reforzar los lazos comerciales con Rusia. Así, India se ha convertido en uno de los principales compradores de petróleo ruso y lo distribuye por todas partes –también a países del club comunitario–, y exporta productos tecnológicos a Rusia que se teme que acaban siendo utilizados contra el país ucraniano, como pueden ser drones.

Aunque estas relaciones comerciales incomodan a Bruselas, Von der Leyen y Modi han obviado estas cuestiones –al menos de puertas afuera– y se han centrado en resaltar los puntos y necesidades que les unen. De hecho, el investigador Crabtree señala que Nueva Delhi mantiene por el momento buenas relaciones con la Casa Blanca, pero también teme la "imprevisibilidad" de Trump y de Putin y "busca renovar las relaciones comerciales con quien pueda". "Cuesta imaginar un mejor momento histórico para revitalizar los lazos entre Europa e India", apunta el experto.

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