El Trump de siempre reaparece en Milwaukee

3 min
Donald Trump durante su discurso en la Convención Republicana

Estos días se ha especulado mucho con la posibilidad de que haber sobrevivido a un intento de asesinato haya cambiado a Donald Trump, en el sentido de que parece haber rebajado en algunos grados su agresividad. Sin embargo, el discurso que ha dado a la convención republicana de Milwaukee demuestra que el nuevo Trump es igual que el de siempre, o más peligroso incluso, si pensamos que en un segundo mandato estaría tentado de llevar hasta el extremo las políticas que ya ensayó durante el primero, consciente de que ya no tendría más oportunidades. En la convención pudimos ver al Trump de siempre, lo que construye sus argumentos sobre noticias o datos falsos, lo que inocula discursos de odio a la audiencia y lo que manipula emocionalmente a sus seguidores. Este tercer elemento está ahora más desbocado que nunca, puesto que una parte de sus seguidores están convencidos de que fue la intervención divina la que evitó la muerte de su líder, e incluso se ponen apósitos en la oreja como él.

Ahora mismo la realidad es que la llegada de Trump a la Casa Blanca parece inevitable y sólo un giro de guión, o mejor dicho, un cambio de candidato demócrata, podría reabrir la batalla electoral. A los demócratas se les acaba el tiempo, ya que en unas semanas celebrarán la convención que debe elegir el candidato. Biden aparece ahora como una figura frágil y desorientada junto al enérgico Trump, y aunque el balance de su administración es bastante positivo, haría bien en entender lo antes posible que debe dejar paso a un candidato o candidata con más posibilidades, capaz de movilizar e ilusionar a su electorado al igual que lo están haciendo los republicanos en torno a la figura de Trump.

Ahora bien, es inevitable preguntarse cómo es que un candidato que es capaz de decir en un discurso que "el 107% de los puestos de trabajo están ocupados por extranjeros ilegales", lo que es matemáticamente imposible, es hoy favorito para ganar. Y es que si lo mismo lo hubiera dicho Biden habría sido objeto de mofa y de memas por parte de los republicanos. Trump también afirma que la invasión rusa de Ucrania nunca se habría producido con él en la presidencia porque Putin no se habría atrevido, cuando es justo lo contrario: Moscú espera la victoria de Trump para que Estados Unidos corte la ayuda a Ucrania y los rusos puedan consolidar el empleo en buena parte del país.

Lo cierto es que un nuevo mandato de Trump abriría un período muy oscuro en las relaciones internacionales y tendría consecuencias nefastas para muchos colectivos dentro de Estados Unidos, como las mujeres o las minorías raciales. De hecho, es algo que ya ha ocurrido. Sus nombramientos en el Tribunal Supremo han configurado una mayoría ultraconservadora que ha echado atrás derechos vigentes desde los años 70, como el del aborto. Sus discursos polarizadores, además, exacerbarán aún más la fractura entre ambas Américas.

La única parte positiva de una victoria de Trump es que obligaría a la Unión Europea de una vez por todas a hacerse mayor ya asumir que no puede depender tanto de Estados Unidos desde el punto de vista tecnológico y militar. Pero sería mejor que no fuera necesario tener que pasar por una nueva dosis de trumpismo para ello.

stats