Vox y Aliança Catalana, los únicos partidos defensores de Trump en el Parlament
La extrema derecha española y catalana abrazan al presidente estadounidense, pese a las contradicciones que les supone

BarcelonaEl presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está marcando la agenda internacional. Con aranceles, deportaciones o con la cumbre por la paz en Ucrania con Rusia. Como capitán de la ola reaccionaria mundial, se ha dedicado a mostrar sintonía con sus aliados internacionales, mientras su vicepresidente, JD Vance, abucheaba la Unión Europea. Ahora bien, también ha hecho aflorar contradicciones con algunas de las medidas que afectan al comercio europeo o sudamericano y que en Catalunya han ido trampeando de la misma manera a Vox y Aliança Catalana, los dos únicos partidos trumpistas que tienen representación en el Parlament. Porque el proyecto de Trump, en el Principado y también en el Estado, está solo más allá de los aliados ultras. Cómo reaccionan los únicos partidos trumpistas, incluso cuando les van a la contra las medidas que proponen?
Si Santiago Abascal unió la derecha radical de Patriotas por Europa y recibió el apoyo de Trump –fue invitado a su investidura–, también es cierto que las medidas económicas es el arma que ha utilizado la izquierda e incluso el PP para exponer sus contradicciones. El líder popular, Alberto Núñez Feijóo, está usándolo para criticar "el silencio cómplice de partidos como Vox que dicen que todo lo que hace la administración estadounidense está bien hecho" y que puede afectar a la industria y al campesinado en España. Sin embargo, Vox continúa cerca de Trump y participará en la Conferencia Política de Acción Conservadora, cumbre de la derecha radical clave en EEUU, que se celebra esta semana y que contará con colaboradores del presidente estadounidense, después de que el año pasado él mismo participara personalmente.
Cuando se pregunta públicamente a Vox evitan cargar contra Trump por los aranceles, al igual que Alianza. Fuentes de Vox consultadas por el ARA recalcan que las contradicciones "no son relevantes" y que no les importan nada porque a grandes rasgos el presidente estadounidense "inspira la política" que ellos quieren aplicar aquí y que es un "ejemplo" de su hoja de ruta. De hecho, alaban a los pilares del giro mundial como el control de las fronteras y la inmigración, así como el apoyo a la industria nacional. Sí son conscientes de que puede haber alguna deportación incómoda y aranceles que pueden perjudicar a España, pero se lo cogen con cierta comprensión porque ellos harían lo mismo en España respecto a los aranceles e inmigración. De hecho, más allá del respeto que quieren mostrar por cada país –tampoco han criticado públicamente que el castellano se haya eliminado de la página web de la Casa Blanca– donde ponen el foco es al criticar el Pacto Verde Europeo, que creen que "perjudica más" que los aranceles. Tampoco se escandalizaron cuando Trump acabó España en los países BRICS confundiéndola con Suráfrica y amenazó con tarifas arancelarias del 100%, limitándose a responsabilizar a Pedro Sánchez. Sobre las amenazas de Trump en Ucrania no han alzado la voz como partido –más allá del eurodiputado Hermann Tertsch– pese a ser proucranianos según su portavoz estatal, aunque con aliados prorrusos.
Una estrategia calcada a la de Alianza: más allá de la conocida simpatía por Trump y con aliados que comparte con Vox, los de Silvia Orriols también optaban por sacar hierro a los aranceles en una entrevista en Catalunya Ràdio este martes: "Lo que perjudica más a los empresarios y ganaderos de aquí Ripoll y de toda Cataluña son los pactos que se hacen en el ámbito de la Unión Europea con Mercosur y de forma totalmente desleal con países tercermundistas". Sobre Trump no se mostró tan entusiasta en su persona, pero sí en su programa: "No es una persona que me guste especialmente, pero considero que le han votado [...] y creo que puede contribuir a un cambio en el orden mundial que pienso que puede ser positivo". Tampoco alzaron la voz por las amenazas contra Ucrania porque no tienen "ningún posicionamiento" ni les corresponde pronunciarse, según las fuentes consultadas, que dicen preocuparse sólo por Catalunya.
En cambio, el PP no mostró simpatías por Trump, sino incomodidad, mientras que Junts se mostró especialmente contundente hablando de "la enmienda al sistema democrático" por parte del estadounidense, en palabras de Carles Puigdemont, en la línea de los partidos de la izquierda. Isabel Díaz Ayuso sí se mostró incómoda con la guerra en Trump declarada por Pedro Sánchez, pero tampoco mostró sintonía con el líder americano, a diferencia de lo que hizo con Javier Milei. Fuentes del PP dicen que "es evidente que la política proteccionista y cerrada no beneficia a nadie" y optan por marcar distancias. "Otra cosa es que se pueda discrepar, pero que por importancia hay que tener relación [con Trump]", añaden. En este sentido, critican a Vox por estar "arrebatado" a Trump y apuntan a que, si se compara con Milei, son "dos conceptos totalmente diferentes", lo que hace que ni el PP madrileño, el más liberal, se sienta tentado por la política económica de EEUU.
Soporte de Vox en Alianza
El entendimiento entre Alianza y Vox es cada vez más frecuente: piña contra el islam, contra las multas de la conselleria de Igualdad del Govern de ERC, acuerdos en el Parlamento para cerrar mezquitas y para incluir a la policía española en la actualización del protocolo de prevención del terrorismo, y en mociones sobre seguridad e inmigración. Por otra parte, Vox también expresó su parecer sobre la moción fallida contra Orriols: "Los vecinos están hartos de la situación que sufren en sus calles y todos [los partidos tradicionales] intentan unirse para desalojar a una alcaldesa que ha sido votada por sus ciudadanos. En el fondo, demuestran una vez más que siempre todos ellos tos, después de recalcar que los ciudadanos no quieren inmigración irregular y que el "relato" antiinmigración está ganando.
De hecho, estas coincidencias, también de alianzas, hicieron que el número dos de Aliança, Jordi Aragonès, dijera al ARA que estaban dispuestos a compartir grupo con Vox en Europa, aunque Silvia Orriols se ha desmarcado esta semana: "A mí difícilmente se me verá en ninguna cumbre donde haya representantes del estado español y el estado francés, que son dos estados que atentan contra la integridad nacional de Catalunya".