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Pastelería

Barcelona hace frente a París con croissants más innovadores pero mucho más caros

Crónica de un viaje a la capital de Francia en busca del dulce inventado por los pasteleros vieneses en el siglo XVII

Los cruasanes en forma de conos, desde el clásico (en el centro) hasta el de sabores diferentes, es la creatividad de L'Atelier Barcelona
21/02/2025
6 min
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ParísBarcelona está enamorada de sus cruasanes. El concurso del Mejor Croissant, organizado por el Gremio de Pastelería de Barcelona, probablemente ha ayudado, pero también lo ha hecho la destreza de maestros pasteleros que han abierto nuevos establecimientos y han empleado esfuerzo e ingenio para elaborar bonos. Además, Barcelona ha demostrado que no todo estaba inventado a la hora de hacer un croissant, así que las nuevas formas (cónicas, como las que propone L'Atelier Barcelona) y también los rellenos innovadores han realzado el dulce a niveles de excelencia muy altos. Ahora bien, ¿qué está haciendo París en estos momentos con su icono de pastelería? ¿La calidad de sus croissants está por encima de la de Barcelona?

Els millors croissants de París

Con estas preguntas emprendí el viaje a París para dirigirme a los más prestigiosos establecimientos de la capital de Francia. Un recorrido que me ha llevado de punta a punta por los barrios de la ciudad, y que me ha hecho comprobar que la vigencia del dulce inventado por los vieneses durante el asedio de los turcos en el siglo XVII es actual. En los bistrots preparan los pequeños déjeuners con croissants y pan y mantequilla. En las pastelerías, de barrio y premiadas, los cruasanes ocupan hileras enteras de los mostradores. Ahora bien, salvo en contadas ocasiones (léase, Ritz París Le Comptoir), el precio de los cruasanes oscila entre 1,10 y 1,40 euros. Incluso la pastelería que se considera un monumento nacional por su antigüedad, Sthorer, los tiene al precio de 1,40. Y este hecho no ocurre, por lo general, en Barcelona, ​​donde el precio habitual ronda el mínimo de 1,80 €.

El croissant alargado, de corteza muy crujiente y miga compacta de la pastelería Ritz París Le Comptoir

Empiezo por la excepción de París, en precio y en forma. Cuando sube la rue Cambon, cerca de la plaza Vendôme, una cola ordenada de personas indica que nos acercamos a la pastelería Ritz París Le Comptoir, del maestro François Perret. El establecimiento es elegante, con mesas con sillas de diseño para comer. El croissant es como un gran churro alargado, es decir, tiene forma recta alargada y estrecha, con cuatro caras, y se puede apilar fácilmente. La parte exterior es crujiente, pero el muelle interior alveolada es claramente de un croissant, y es muy compacto. El precio es de 4,00 euros. Es el más caro de todos los que comí en nuestro recorrido, donde incluso encontré un croissant de tamaño XL por 7,80 euros (boulangerie Polka). Y la calidad, buena.

El cruasán de la Utopía de París, con forma alargada pero con cuernos cortos, también.

En el extremo, en precio, de Ritz París Le Comptoir, está la boulangerie Utopía, que también se reconoce de lejos por la cola de personas en la calle Jean-Pierre Timbaud, que hace chaflán. El croissant es alargado y con cuernos pequeños, cortos, así que hace contento a todo el mundo. Es de excelente calidad. Muelle interior alveolada, exterior un punto crujiente, pero sin excesos, y en cada mordedura se desprende el aroma de mantequilla tostada. El precio de tanta delicadeza es de 1,10 euros.

Fachada de la pastelería Stohrer de París.

Para continuar, hay que decir que en París, casi en cada paso, hay una boulangerie, y demuestran que lo que hacen es una comida básica. Ahora bien, existe una pastelería que los parisinos indican de visita obligada. Es la Stohrer, está situada en una calle con mucha vida, con mercadillo, y la historia cuenta que es la más antigua, de principios del siglo XVIII. Los cruasanes son alargados, y el muelle es uno de los mejores de todos los que probé en el recorrido parisino.

El cruasán de la Yann Couvreur es de mayor tamaño, más alargado que los habituales

De la Stohrer a la pastelería Yann Couvreur, que como el Ritz Paris Le Comptoir también ofrece sillas y mesas para comer, pero sin el lujo y elegancia de este último. En Yann Couvreur, el croissant es ligeramente mayor, más alargado, también sin cuernos, y el precio también mayor, 1,80. El hecho de que sea más alargado también permite que haya más muelle, y probablemente está pensado para que pueda mojarse con las mil y una bebidas que preparan. Su calidad era correcta.

Els millors croissants de Barcelona

En las otras pastelerías que recorrí, Polka, Pepita y Grosselin, los precios, bajos, eran similares, y la gran curiosidad fue el cruasán de tamaño XL del Polka, que lo tenía en el escaparate, y que costaba 7,80. En Barcelona, ​​el mismo croissant, de tamaños gigantes, y que hay que encargar previamente, lo hace la pastelería Hofmann, pero el precio sube a los 30 euros. Y junto al Ayuntamiento de París, The French Bastards indica junto al rótulo de los cruasanes la mantequilla con la que les preparan (1,50 €), que aseguran que es de la casa Isigny Sainte-Mère. Si se va por la tarde, ya no quedan.

El nivel de Barcelona

En Barcelona, ​​resalta en diseño y creatividad la pastelería multipremiada El Atelier Barcelona, de los maestros Èric Ortuño y Ximena Pastor. Sus croissants tienen forma cónica, se comen como si se tratara de un cucurucho, y lo más sorprendente es el muelle interior, bueno, alveolada, con sabor a mantequilla. El exterior es suave, y la singularidad de L'Atelier son los rellenos, que varían según la estación del año. En invierno, les he proba rellenos de vainilla con mango pasión; chocolate con leche y negro, y pistachos. En verano, el croissant se puede completar con una bola de los helados que preparan, y por tanto cada croissant queda personalizado según el gusto de cada uno. El cruasán sin relleno cuesta 2 euros; el resto, con los rellenos, 3,10 euros.

De L'Atelier, el recorrido elegido (por calidad y siempre según un punto de vista subjetivo) es el que lleva a la pastelería-panadería Obelisco, de apariencia desnuda, sencilla. Tan sólo es un mostrador de madera alargada, donde exponen los croissants y los panes. ¡Pero qué croissants! El muelle es de mucha calidad, y las capas exteriores crujientes. El precio es de 1,80€.

En Barcelona, ​​el dulce fermentado ha conseguido que haya pastelerías que hayan levantado el premio de las mejores elaboradoras, como es el caso de Canal y Brunells. La curiosidad: en la Brunells también hacen croissants veganos, y han cogido vuelo (2,20 €, tanto el clásico como el vegano).

El cruasán clásico de la pastelería Hofmann.

Otra de las pastelerías multipremiadas, la Hofmann. Los cruasanes, alargados, con corteza crujiente, cuestan 2,20 y están situados junto a otros muchos, de muchos sabores: hasta cinco sabores más, y en estos casos el precio puede ascender a los cuatro euros. Todos ellos, con gran calidad. Y, por último, un clásico en croissants, el Sacha, que levanta pasiones entre los vecinos de Sarrià-Sant Gervasi; el Baluarte, en la Barceloneta, de la panadera Anna Bellsolà, y la Mistral. En el Sacha, los croissants son con cuernos, y son flonges y golosos. Su precio es de 1,95€. En Baluard la originalidad está en la combinación de sabores, como fresa y chocolate blanco, con colores por fuera. En la Mistral, la gran estrella son los minicroissants, bonos y de alto precio: los cien gramos oscilan los cuatro euros.

¿Dónde se puede comer en París?

Como no sólo de croissants vive la humanidad, en París encontrará mil y un restaurantes muy buenos para el almuerzo y la cena. Una recomendación son los restaurantes del grupo Moma, de los que el cocinero afincado en Barcelona Romain Fornell es el chef ejecutivo. Algunos están pensados ​​especialmente para ir por las noches, como es el caso de Lafayette's (8, rue de Anjou) o Lapérouse (51, quai des Grands Augustins), donde además de platos tradicionales franceses hay música en directo y que fue el primer restaurante de Francia que logró las tres estrellas. Otros, como el Café Lapérouse, dentro del Hotel La Marine (2, place. de la Condorde), donde se puede ir para comer, merienda y cena, sin problemas de horario a la hora de comer un buen foie, ensaladas, quesos y vinos franceses. Y para los nostálgicos de la cocina catalana cuando estás en París, el cocinero Romain Fornell ha preparado una carta de platos catalanes en Casa Luisa (19, Chau. de la Muette).

Croissant Fest, 22 y 23 de febrero en el Poble Espanyol

Por primera vez el Poble Espanyol acoge el Croissant Fest, en el que pastelerías y restaurantes (Hofmann, Bubó, Sacha, Takashi Ochiai, Casa Rafuel, La Porca o Las truchas) se reunirán para ofrecer sus mejores platos. Además, competirán por ganar el premio al mejor Croissant Gourmet de Barcelona.

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