"Los niños nunca están en el centro"
El trato que la sociedad dispensa a los niños ha sido el tema de la segunda charla del 8º ciclo 'Diálogos de Pedralbes'
Barcelona¿Qué pasaría si en lugar de “libre de niños” un restaurante se declarase “libre de mujeres”? O si un hotel no admitiera la entrada de un determinado colectivo como se hace cuando se declara para adultos only. ¿O qué haría la sociedad si en lugar de publicar dónde se sientan los bebés en un avión, como hace alguna aerolínea para evitar que un pasajero elija el asiento de al lado, se señalara la nacionalidad de los pasajeros? Seguramente se abrirían muchos debates sociales y se cuestionaría la ética de la medida. Cuando estas limitaciones las sufren los niños, el debate no es tan grande o incluso no hay debate. Así se ha puesto de manifiesto durante la segunda charla del 8º ciclo Diálogos de Pedralbes, que se organiza en colaboración con el ARA, y que se ha celebrado este jueves en el monasterio de Pedralbes en un acto moderado por el periodista Antoni Bassas.
Dice Mar Cabezas, doctora en filosofía por la Universidad de Salamanca, que son, precisamente, este tipo de acciones una muestra del trato que los niños reciben de la sociedad y del papel que se les da. “No es tanto la forma y lo que se hace, sino cómo se recibe”, especifica. Recuerda, por ejemplo, que no se tuvieron en cuenta a los niños durante la pandemia y los animales, como los perros, tuvieron más derechos y salieron a la calle antes que los más pequeños de la casa, cuyas necesidades, no se atendieron hasta pasadas algunas semanas. Pero esto viene de lejos, ya que incluso explica Cabezas, la primera asociación para los derechos de los animales se constituyó antes que la primera asociación para los derechos de los niños.
Respetar a los niños
"Los niños nunca están en el centro", ha alertado Cabezas, quien ha lamentado que todavía hoy la sociedad esté llena de microagresiones, seguramente por una falta de educación emocional y de competencias parentales. Tratar bien a las criaturas es, precisamente, el título del ciclo dirigido por Daniel Gamper, profesor de filosofía moral y política de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Gamper ha hecho sonreír al público cuando ha recordado a los populares Zipi y Zape y los castigos que les propinaba su padre, Don Pantuflo, pero también ha puesto sobre la mesa el valor o no de estos castigos y la evolución vivida desde la publicación del cómic.
Pero no es necesario llegar a una bofetada para no tratar cómo se merece y cómo necesita un niño o una niña y vulnerar sus derechos. Basta decirle que es un inútil o que nunca hará nada en la vida, de forma reiterada, para generarle un efecto negativo. Lo vivido durante la infancia tiene efectos en la persona adulta que será y, sobre todo, en la forma de entender el mundo, ya que está viviendo una etapa de una “importancia radical”, afirma Cabezas. “Los niños siempre deben tener a alguien de referencia con quien generar un apego seguro –por el que sólo hay que cubrir el 30% de las necesidades del niño–, poder confiar en él y entender cómo funciona el mundo”, explica la doctora. Son los tres pilares que se construyen durante los primeros años de vida: cuando eres niño aprendes si tú mereces amor o no, si puedes confiar en alguien o no y si el mundo es una jungla.
lamenta que la tradición que impera en la sociedad todavía justifique la violencia como método pedagógico: "Cuando un adulto no entiende lo que le decimos, no recurrimos a la violencia, ¿verdad? ¿Por qué con los niños, sí?", plantea Cabezas. Está convencida de que si se extrapolaran algunos de estos episodios a los entornos laborales, no se admitirían.No se debe tratar al niño como adulto, ni tampoco como el adulto que será. el niño que es, tampoco se trata de ser perfecto, sobreproteger también puede ser negligencia, se trata, dice Cabezas, de respetar a los niños, tengan la edad que tengan.