UE

El plan de la UE para calmar a Trump: comprar más gas licuado y armas en EEUU

Bruselas pretende ofrecer contrapartidas en Washington para evitar una nueva guerra comercial

Imagen de archivo de Von der Leyen y Trump en el foro de Davos.
10/12/2024
4 min

BarcelonaLa Unión Europea no quiere tropezar dos veces con la misma piedra. La primera victoria de Donald Trump la enganchó a contrapié, pero dice tener la lección aprendida y ahora asegura estar preparada para hacer frente a las amenazas y posibles medidas contra el bloque europeo que pueda sacar adelante el magnate neoyorquino. Incluso antes de las elecciones estadounidenses Bruselas y los estados miembros del club europeo ya informaron diferentes medios internacionales que tenían un plan de contención por si ganaba Trump, especialmente en materia de comercio y de ayudas en Ucrania.

Este tipo de hoja de ruta para afrontar el regreso del dirigente republicano se había mantenido bastante en secreto y no se habían desgranado sus detalles, pero diferentes dirigentes comunitarios empiezan a señalar hacia dónde pueden ir los disparos. El objetivo es calmar a Trump con contrapartidas como pueden ser, por ejemplo, un incremento de la compra de gas natural licuado o de armas en Estados Unidos.

Uno de los líderes comunitarios que se han expresado más abiertamente en este sentido ha sido la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde. "Podemos ofrecer comprar ciertas cosas en Estados Unidos y dejar claro que estamos dispuestos a sentarnos en la mesa", apuntó en una entrevista en el diario Financial Times la semana pasada. Y, concretamente, la dirigente francesa planteó que la UE le "compre más gas natural licuado" y "productos de defensa, algunos de los cuales Europa no es capaz de fabricar".

Unos días antes, sin embargo, la propia presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya lo señaló como una posibilidad en la cumbre de líderes de la UE que se celebró en Budapest a principios del mes pasado. "Aún recibimos mucho de GNL (gas natural licuado) de Rusia. ¿Por qué no lo reemplazamos por GNL estadounidense, que es más barato y reduciría nuestros precios energéticos?", apuntó la conservadora alemana en rueda de prensa.

En este sentido cabe recordar que, desde el inicio de la guerra de Ucrania, la Unión Europea ha logrado reducir, y mucho, su dependencia energética con el régimen de Vladimir Putin, aunque haya sido a costa de una crisis energética y de precios. Según datos de la propia Comisión Europea, la cantidad de gas ruso por gasoducto pasó de significar el 40% del global que consumía la UE en 2021 al 8% en 2023.

Ahora bien, en cuanto al gas natural licuado, el bloque europeo todavía tiene mucho margen para reducir lo que importa de Rusia. De hecho, la Unión Europea ha aumentado incluso la cantidad de gas natural licuado de origen ruso que compra, y el GNL importado de Rusia en 2023 representó el 16% del total que gastó la UE. Según la organización sin ánimo de lucro Global Witness, esto supone un incremento del 40% desde que Putin arrojó la invasión a Ucrania.

Por eso, Von der Leyen propone reducir la dependencia energética con Rusia y aumentar las compras de GNL en Estados Unidos, que el año pasado supusieron casi un 20% del total, según datos de la Comisión Europea. Sin embargo, este movimiento genera ciertas reticencias en algunas voces comunitarias porque consideran que supondría depender más de Washington en materia energética, lo que va en detrimento del objetivo de la UE de ganar autonomía.

Más gasto militar

Más allá de la energía, la guerra de Ucrania también ha sacudido a la Unión Europea en cuestiones de defensa y los estados miembros están incrementando su gasto militar a cifras que no se veían desde el final de la Guerra Fría. El bloque europeo quiere recuperar capacidad militar frente al expansionismo ruso y dejar de estar bajo el cobijo del paraguas de la OTAN, que controla de facto EE.UU. Además, Trump logró en su primer mandato que los socios de la Alianza Atlántica estén obligados a gastarse al menos un 2% de su producto interior bruto (PIB, índice que se utiliza para medir la riqueza de un país ) en defensa, y ahora los aliados ya debaten sobre si subir esta tasa al 3% para 2030, según fuentes diplomáticas de la entidad militar.

En este contexto, hay países de la UE como Alemania o de la Europa del Este que priorizan aumentar el poder militar del bloque sea como sea, incluso comprando armas en Estados Unidos, tal y como proponía abiertamente Lagarde . Ahora bien, hay países que, como Francia, que es la principal potencia militar del grupo comunitario, presionan para que se opte sólo por adquirir armamento de origen europeo, aunque ello ralentice el ritmo de rearme del bloque.

En todo caso, no es la primera vez que la UE ofrece contrapartidas a Trump para evitar que suba los aranceles a los productos europeos. La Comisión Europea de Jean-Claude Juncker ya incrementó las compras de GNL estadounidense y se comprometió a importar más soja de EE.UU., aunque fue en vano, porque el líder republicano incrementó igualmente los impuestos de aduanas que, por ejemplo, graban el acero, el aluminio o varios productos agroalimentarios. Habrá que ver si esta vez Trump le bastará con las contrapartidas que Bruselas se plantea ofrecerle o si hará realidad sus amenazas e iniciará una nueva guerra comercial con la Unión Europea.

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