PP y Vox se ignoran en Catalunya
La distancia entre ambos partidos se evidencia en el Parlamento, donde no tejen estrategias conjuntas

BarcelonaEl 2024 ha sido el año de rotura a la derecha española y la trifulca y reciente ruptura total entre el PP y Vox en las Islas Baleares no es la única muestra de tensión. Los populares y la extrema derecha dejaron de ir de la mano a España cuando Santiago Abascal rompió los pactos con los populares en todas las autonomías con la excusa del pacto migratorio entre ambos grandes partidos estatales por la acogida de 400 menores migrantes. En diciembre Vox rompió negociaciones para los presupuestos en todas las autonomías, provocando la prórroga de las cuentas en seis regiones. En Catalunya no había pacto en romper y difícilmente habrá ninguna durante toda la legislatura, como se constata en cada pleno, aunque pueda haber algunas coincidencias en el sentido del voto en los plenarios. En el Parlament, PP y Vox se ignoran y renuncian a una estrategia conjunta: carecen de coordinación y tienen muy poca interlocución, según todas las fuentes consultadas. Un fenómeno que ya viene de la anterior legislatura, cuando los diputados de Vox prácticamente triplicaban a los populares. ¿Qué ocurre entre estas formaciones en la cámara catalana?
Fuentes del PP aseguran al ARA que el proyecto que encabeza Alejandro Fernández tiene la vocación de "liderar a la oposición" de una manera "constructiva", una "estrategia completamente diferente" de la que sigue Vox. Ni unos ni otros intentaron, por ejemplo, llegar a ningún tipo de entendimiento en el debate de política general y sencillamente hubo coincidencias puntuales. Los populares tienen claro que en la dinámica de colaboración con el Govern y los diversos grupos parlamentarios deben partir de las líneas rojas en la financiación y el conflicto territorial, pero pretenden tomar la iniciativa "sin ligarse a nadie", presentando sus propuestas y abiertos a la negociación con el ejecutivo de Salvador Illa sin poner cordones sanitarios a ningún grupo. De hecho, otras fuentes populares recalcan que "Vox siempre ha ido a lo suyo" y que su política en el Parlament "es contra el PP", presentando iniciativas con matices extremos para que los populares los tumben y "poder decir a redes que sólo Vox defiende la medida".
Por otra parte, fuentes de Vox constatan que tienen "poca interlocución" con el grupo del PP y pocas certezas y celeridad cuando conversan con él. Aseguran que era más "fácil" la pasada legislatura –cuando el PP tenía tres diputados, todos del núcleo de confianza de Fernández–, aunque sólo llegaron a dos acuerdos menores: pedir un pleno monográfico de seguridad, que requiere dos grupos –y que no acabó prosperando en la junta de portavoces–, además de una petición conjunta en el Consell de Garanties. Esta legislatura la extrema derecha había sondeado a los populares para volver a pedir el pleno de seguridad, pero el PP "no se puso bien", explican las fuentes.
Pese a que continúan las dificultades para llegar a acuerdos, el pasado jueves el PP aprobó en el pleno cinco puntos de su moción para suprimir normativas "innecesarias" y exceso de estructuras administrativas con el apoyo de Vox, aunque también contó con el PSC y Junts en varios de ellos. Pese al apoyo, hizo duros reproches a la política popular en otras regiones ya su "incoherencia". En noviembre también hubo un acuerdo con tres enmiendas de Vox sobre seguridad aceptadas por el PP en sus mociones, si bien a mediados de diciembre, contra todo pronóstico, Vox no votó a favor de una moción del PP sobre el Hard Rock –aunque es favorable al proyecto–, que quedó aprobada gracias a Junts y la abstención del PSC.
Mano extendida o aislamiento
Los de Ignacio Garriga destacan que quieren hacer "una oposición total", que pasa por "no colaborar" en nada con el gobierno de Illa: de hecho, son el único grupo que ha rechazado reunirse con el presidente de la Generalitat, junto a Aliança Catalana. Se reflejan en la experiencia en países como Alemania, Francia o Italia, y optan por "una carrera de fondo" en la que ponen su formación contra todo lo demás, como la única alternativa. El cordón sanitario que le aplican el resto de partidos –excepto PP y Aliança– contribuye a reforzar su tesis y admiten que les ha ido bien salir de los gobiernos autonómicos.
"Nosotros tenemos nuestro proyecto y con quince diputados somos los líderes legítimos de la oposición porque no tenemos ningún pacto con Salvador Illa o con Pedro Sánchez", remarcan a su vez los populares, que se aferran a la "libertad absoluta y plena" a la hora de actuar en el Parlament. Ahora bien, otra cosa es el futuro en el Estado: en Vox se asume que si el PP debe contar con ellos para formar gobierno en España sabe que va a tener sus votos, tras una lógica negociación.