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Abre el primer restaurante robotizado de Barcelona (pero tiene trampa)

El establecimiento se llama Self y hace uso de un brazo autómata para preparar los pedidos o hacer cafés

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27/03/2025
3 min
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BarcelonaSe llama Self y es el primer restaurante del aeropuerto de El Prat robotizado y gestionado por inteligencia artificial. Pero ¿podemos decir que funciona sin intervención humana? En ningún caso. Vamos a palmos. El restaurante abrió hace poco más de un mes y se encuentra cuando comienza el pasillo de las puertas que se encuentran en la zona B de la terminal T1, pasado el gran stand que tiene Enrique Tomàs, junto a la puerta B24.

El Self tiene unas pantallas luminosas que llaman mucho la atención. Aparecen los menús que puedes pedir, pero también un texto que informa que es el primer restaurante de estas características y otro que reza: "No tengas miedo. Acércate y descubre". La gente no tiene miedo, pero sí muchísima curiosidad. Los viajeros se detienen y lo miran. Muchas de ellos lo retratan. Un turista griego llama a un amigo y hace una videoconferencia para enseñárselo. Mientras, un piloto de Lufthansa se pelea con el menú para realizar el pedido.

Clientes y curiosos no están solos. Una joven trabajadora, humana y muy diligente, va asistiendo a todo el mundo que se detiene. También responde amablemente a todas mis preguntas. Me cuenta que hace entre dos y tres años que el restaurante de estas características está planificado, y que han tardado un año en ponerlo en funcionamiento. También que hay personas a las que no les hace ninguna gracia, porque le dicen que les va a tomar el trabajo. Ella no está de acuerdo. Me explica que es necesaria intervención humana para preparar las comidas, para ponerlas en las baldas y para recolocar las cajas si no están bien alineadas. Si algo no está en el sitio exacto que le corresponde, el sistema podría no ir bien del todo.

El brazo robotizado recogiendo un pedido.

Cómo funciona

Su funcionamiento es muy sencillo. Hay dos grandes pantallas, las mismas que utilizan en restaurantes de comida rápida. Quien consuma, por ejemplo, en McDonald's o Burger King, estará familiarizado con él. En esta pantalla hay un menú donde se indica lo que puedes comprar: ensaladas, bocadillos, bollería, pasteles, fruta cortada, bebidas o café de la marca Lavazza. Elijas lo que quieres, pagas con tu tarjeta de crédito y la pantalla emite un ticket con un QR.

En ese momento, un brazo robótico empieza a moverse ya preparar el pedido. Sería el equivalente a una barra de bar en una gran pecera. Detrás están los diferentes ítems alineados, así como las máquinas de café. De hecho, la trabajadora que asiste a los compradores me dice que me fije en el dedo medio del brazo robotizado. Es todo blanco, pero tiene un puntero negro en el dedo medio, que es el que utiliza para elegir el café en la máquina automática de tomar café que se activa con una pantalla táctil. Es aquí cuando veo que junto al brazo hay una muestra de la comida a modo de vitrina para que puedas verla en caso de que tengas dudas.

Las pantallas donde se realiza el pedido.
El restaurante Self en el aeropuerto de El Prat.

Una vez emitido el tíquet, el brazo robotizado coloca todos los ítems en una bandeja. Y cuando el pedido está completo, una cinta transportadora te la acerca. Falta un último paso: existe una barrera de cristal. Para abrirla es necesario introducir en una ranura el ticket, que contiene un código QR. Entonces se abren las puertas de cristal y la cinta transportadora te acerca el pedido hasta delante de ti.

Mientras estoy, el piloto ha tenido algún problema con el pedido y tiene que hacer una segunda. Requiere asistencia. Pero el sistema rápidamente le prepara los dos pedidos. Hay tres cintas transportadoras, y en una pantalla te indica el número de pedido y en qué cinta va a llegar. Sin embargo, como todo es de cristal, puedes seguir los movimientos del brazo. El brazo, cuando carece de trabajo, saluda. Detrás del stand hay unas mesas que acogen a quienes consumen. Por lo que he visto, limpiar estas tablas es todavía un trabajo 100% humano.

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