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Macroeconomía

Más inversión privada y mayor consumo: los motores económicos en los que confía Sánchez este año

El presidente español estima que la economía crecerá un 2,6% en 2025 y un 2,2% en 2026

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; la portavoz del gobierno español, Pilar Alegría; y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, en rueda de prensa este martes.
04/02/2025
2 min
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MadridInversión privada y consumo. Son dos de los elementos principales sobre los que se sustenta la previsión de crecimiento económico del gobierno español para este 2025. Tras conocer que la economía española mejoró un 3,2% de media en 2024 (uno de los crecimientos más fuertes de la zona euro), el ejecutivo de Pedro Sánchez acaba de actualizar el cuadro macroeconómico con una estimación al alza del producto interior bruto (PIB) –que es el indicador que mide el tamaño de una economía– tanto este año como el próximo. En el caso de 2025 prevé que la economía crezca un 2,6%, mientras que de cara a 2026 estima un rebote de un 2,2%.

Si se desgrana esta estimación para estos ejercicios, se observa cómo el gobierno prevé un fuerte repunte de la inversión privada en comparación con el 2024, pero también del consumo de las familias. Por el contrario, el peso del consumo público, que en los últimos años ha supuesto un balón de oxígeno para la economía española, irá disminuyendo, según se desprende de la actualización del cuadro macroeconómico aprobada en consejo de ministros este martes.

El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha detallado que detrás del optimismo en cuanto a este impulso privado está la mejora de las condiciones financieras fruto de la reducción de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo ( BCE); también los fondos europeos vinculados al Plan de Recuperación, con la llegada de los préstamos, y por último las "buenas perspectivas" que el empresariado traslada al gobierno. Sin embargo, organismos supervisores como el Banco de España han mostrado prudencia en lo que se refiere a la inversión privada, sobre todo teniendo en cuenta que todavía no se han recuperado los niveles prepandemia. En cambio, ya en el primer semestre de 2024 el ente que dirige el exministro socialista José Luis Escrivá apuntaba que la preocupación por los tipos de interés se ha debilitado, poco a poco, entre las empresas, que ven más fácil acceder a financiación.

A todo ello se suma la desaceleración de los precios, sobre todo energéticos, la buena marcha de la actividad turística –motor de la economía española–, el incremento de las exportaciones y el dinamismo del mercado laboral –el ejecutivo prevé la creación de 500.000 empleos en dos años–, gracias sobre todo a la población migrante. "Los ocupados siguen creciendo de forma compatible con el incremento de la productividad", ha dicho Cuerpo. Este elemento es uno de los talones de Aquiles de la economía española y, de hecho, ha estado en la diana de la discusión sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales, una medida que también se ha aprobado este martes.

Sin embargo, la revisión del PIB para este ejercicio llega en un momento en que la negociación para unos nuevos presupuestos generales del Estado para 2025 –siguen prorrogados los de 2023– aún no ha comenzado formalmente. La tensión de las últimas semanas con los socios de investidura, en particular con Junts, incluso ha alejado la idea de unas nuevas cuentas públicas. Además, el ejecutivo de Sánchez aún debe aprobar nuevos objetivos de déficit y deuda. En este caso, la negociación sigue abierta con Junts, que exigió un mayor margen de gasto para las comunidades autónomas.

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