Naturaleza y Medio ambiente

"Un tiburón se ve como una amenaza y en cambio podría ser un reclamo para el turismo"

La científica marina Gádor Muntaner nos explica por qué es importante salvar a los principales depredadores marinos

Cristina Torra
5 min
La Gádor nadando con un taró sedoso  en México

BarcelonaSe puso las gafas de esnórquel con tres años y desde entonces ha tenido una fijación casi obsesiva por el mar. “Mi pasión es innata, ninguno de mis padres buceaba. Mi familia paterna es mallorquina y ha estado vinculada al mar, pero más por encima que por debajo”, explica Gádor Muntaner, oceanógrafa y científica marina especializada en tiburones.

Vio un tiburón por primera vez con 16 años haciendo esnórquel en las Maldivas: “Fue amor a primera vista. Todo el miedo y el estrés que tenía no solo desaparecieron, sino que se convirtieron en paz, relax y mucha admiración. Me pareció un animal perfecto. Y supe que me gustaría dedicarme a esto”, relata. “También me pasaron por la cabeza los delfines, pero sé que hay mucha gente que empatiza y pensé que los tiburones me necesitaban más”, añade.

Después de estudiar tres años y medio de farmacia por la presión familiar ­–su madre es farmacéutica en Barcelona– decidió dejarlo para enfocarse en lo que realmente le apasionaba: el mar y los tiburones. “Fue un descalabro familiar y primero no me apoyaron. Pero cuando me matriculé en ciencias del mar en las Canarias vieron que iba en serio y se volcaron totalmente conmigo y mi decisión”, recuerda. Paralelamente a los estudios, empezó a sacarse títulos para ser submarinista profesional hasta convertirse en instructora de buceo, un trabajo que combinó con los estudios. Muntaner decidió acabar la carrera en México: “Sabía que allí había tiburones e hice las prácticas de final de grado y un trabajo científico que me llevó a uno de los pocos santuarios de tiburones que quedan en el mundo”. Habla de las islas de Revillagigedo, en la costa del Pacífico de México, un lugar que gracias a su estudio y otros hace pocos años ha conseguido más protección y ser declarado patrimonio de la humanidad. Este fue para Muntaner el inicio de una carrera que lo ha llevado a ser una de las principales divulgadoras científicas en el mundo sobre la importancia de proteger a los tiburones. Este 2022 es una de las caras de la campaña de los 25 años de la revista National Geographic.

Imprescindibles para el equilibrio marítimo

Pero ¿cuál es este papel tan importante que juegan los tiburones en el mundo? “Son depredadores y están arriba de todo de las cadenas tróficas; ellos regulan las poblaciones de todas las especies que hay por debajo. Si no los tuviéramos, habría sobrepoblación de otras especies y se rompería la cadena trófica”, explica la científica marina. “Y, si alguien se pregunta por qué es importante que el equilibrio marítimo se mantenga, se lo diré muy claramente: el 50% del oxígeno que respiramos nos lo da el mar y, además, nos alimenta y nos regula el clima”, detalla.

Gádor Muntaner rodeada de tiburones ballena en las Maldivas.

Y todavía añade: “Se asocia mucho a la ecología con el verde y la importancia de los bosques de la Amazonas, pero el azul es tan o más importante. Vivimos en un mundo que es un 70% agua. Cada pieza es importante, pero los tiburones más porque su falta puede tener un efecto devastador más rápido”.

La sobrepesca, un problema grave

La realidad es que, desde 1970, la población de tiburones y manadas ha disminuido un 70% en todo el mundo, según un estudio publicado en la revista Nature en 2021. Se trata del primer estudio global que analiza este aspecto y detalla que es “un declive peor que el de la mayoría de los grandes mamíferos terrestres y parecido o igual al de la ballena azul”. Hay tres especies que están en una situación crítica: el tiburón oceánico de punta blanca, el tiburón martillo y el tiburón martillo gigante, pero, en general, el 70% de las especies de tiburón están en peligro de extinción. El declive se debe, principalmente, a la sobrepesca, apunta el estudio. En concreto, el tiburón oceánico de puntas blancas va muy buscado por los pescadores porque sus aletas son muy preciadas culinariamente. De hecho, la técnica del finning, que consiste en cortar la aleta y dejar al resto del tiburón en el mar, es muy practicada en todo el mundo. Hace unos años que está prohibida por la Unión Europea, pero se calcula que aun así las capturas de tiburón y de sus parientes, manadas y torpedos, a escala global, fue de 680.000 toneladas en 2018, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La entidad también explica en un estudio de 2015 que las flotas españolas encabezaban el tercer lugar del ranking mundial como pescadores de tiburón. “Da mucho dinero en el mercado asiático. Es un buen negocio porque la sopa de aleta de tiburón es todavía muy preciada en países como China”, explica Muntaner.

La protección, primordial

Para la científica, una de las claves para la preservación de los tiburones es conseguir más áreas marinas protegidas. Ahora solo hay un 1% de las aguas abiertas protegidas, pero en la última conferencia de la ONU sobre la Biodiversidad (COP15) se acordó “el objetivo 30x30”, que se plantea proteger, al menos, el 30% del territorio y de los océanos de todo el mundo de aquí a 2030. “Es la primera vez que se escucha hablar de un objetivo así y hay esperanza”, apunta Muntaner. También cree que hay esperanza con las nuevas generaciones: “Ellos no han visto películas como Tiburón, que nos ha vendido la especie como un animal peligroso. No tenemos que romper ideas preconcebidas, es una generación que no tiene este prejuicios”.

Aun así, considera que, mientras tanto, también se puede trabajar para reducir la pesca. “El tipo de pesca con palangre es muy perjudicial porque, a pesar de que los tiburones no son el objetivo, muchas veces se quedan atrapados o salen con el anzuelo clavado”, explica la oceanógrafa. De hecho, según la ONG Shark Med, que trabaja en el Mediterráneo, un 50% de las tintoreras presenta anzuelos clavados y heridas de palangre que comprometen su supervivencia. “La pesca tendría que evolucionar y ser más selectiva”, considera. Además, también dice que a título individual tendríamos que intentar reducir el consumo de pescado e informarnos de las temporadas. “No puede ser que tengamos disponibilidad de cualquier pescado en cualquier momento del año”, explica.

El ecoturismo, una camino a la salvación

Como ya está haciendo Muntaner en México con el Proyecto Tiburón de la ONG ORGCAS, que reconvierte pescadores de tiburones en patrones de barcos que llevan turistas a ver a estos animales, cree que una de las salidas es el ecoturismo. “Hay que transformar el concepto de turismo alrededor de los tiburones”, dice. Ahora, un tiburón se ve como una amenaza hacia los turistas porque cuando en el Mediterráneo o en las Baleares se ve una tintorera cerca, se cierra la playa. “Si pudiéramos conseguir buenos puntos de avistamiento, sería un atractivo para un turismo más consciente”, considera. “No tan lejos de aquí, en las Azores, se pagan más de 200 euros para ir a bucear con tiburones”, añade. Una práctica que también se ha empezado a hacer en el País Vasco con las tintoreras. “A diferencia de lo que se piensa, son una especie de tiburón tranquilo que se alimenta en aguas abiertas a profundidad y que cuando está cerca de la costa es porque está desorientado”, explica. Muntaner lo tiene claro: “Si queremos ayudar a este animal incomprendido, tenemos que darlo a conocer. Si estamos informados, un tiburón atrae mucho más al turista de lo que lo aleja. Un tiburón vivo da más dinero que un tiburón muerto, puesto que una vez muerto no puedes sacar más rendimiento”.

Los tiburones no son peligrosos

Las películas como Tiburón han hecho mucho daño a la especie. Han etiquetado los tiburones como un animal peligroso que ataca a los humanos. Nada más lejos de la realidad. “Lo que pasa es que especies como el tiburón blanco, el tiburón tigre o el tiburón toro, habituales, por ejemplo, en las costas australianas, se alimentan en la costa y es más fácil que tengamos accidentes con estas especies costeras que con los piélagos”, explica Gádor Muntaner. “Además, el ser humano nunca es una presa para ellos, si muerden es por exploración: no huele a comida, pero prueban qué es”, detalla. Según ISAF (International Shark Attack File), la única base de datos mundial documentada científicamente en ataques de tiburón, en 2019 hubo 5 muertos por ataque de tiburón. En cambio, los mosquitos provocaron la muerte de 750.000 personas.

Tiburones en el Mediterráneo

En el Mediterráneo, concretamente en las costas de los países catalanes, tal como se ha demostrado esta semana con el tiburón que se ha visto en las costas del Garraf, podemos encontrar hasta 30 especies de tiburón. Algunas de las más comunas son:

Tintorera: es la más común a pesar de que es una especie casi amenazada. Tiene una longitud media de 2,5 metros, pero puede llegar a los 4.

Tiburón gato: Es un tiburón muy pequeño que no llega al metro de longitud. Vive principalmente sobre fondo arenosos o fangosos.

Cazón: también conocido como perro marino o pescado perro, se encuentra en peligro crítico de extinción. Su carne es muy preciada y en el sur de la península Ibérica se consume adobada y rebozada.

Tiburón peregrino: un filtrador que puede lograr unos 10 metros de longitud, el segundo pescado más grande del mundo, después del tiburón ballena.  

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