La Copa América: una oportunidad y un reto

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La regata del equipo suizo Alinghi Red Bull Racing, de la Copa América de Vela, durante un entrenamiento frente al Puerto de Barcelona.

Que Barcelona acoja una de las competiciones más seguidas del mundo, que ha inspirado películas como La fuerza del viento, es una oportunidad y una buena noticia. Pero es también un reto. La 37a Copa América de Vela se hace en la capital de Cataluña porque el ganador de la última edición, el Team New Zealand, así lo decidió. Entre el 29 de agosto y el 5 de octubre, la competición convertirá la ciudad que vivió mucho tiempo de espaldas al mar en un escaparate internacional que se espera que visiten 2,5 millones de personas, que seguirán cientos de millones de espectadores –en la última edición fueron 941 millones– y que, según un estudio de la Universidad Pompeu Fabra, puede acarrear un 0,5% del PIB catalán anual y 19.000 puestos de trabajo.

La Copa América también ha impulsado la reforma del Port Vell y el Port Olímpic, y se hará notar sobre todo en el barrio de la Barceloneta, donde para acceder con vehículo privado será necesaria una acreditación de vecindad. Unos sesenta entidades se oponen a la competición porque consideran que es elitista y que impulsa el turismo en una ciudad cada vez más saturada. De hecho, se espera que lleve picos de 100.000 visitantes a Barcelona en un solo día y que hasta 3.000 barcos amarren en el puerto. Por eso la Copa América es una oportunidad, sí, pero también es un reto para el Ayuntamiento. Y no será fácil. Las autoridades municipales tendrán que procurar que este escaparate internacional inigualable no colapse aún más una ciudad donde cada vez hay más vecinos cansados ​​de la masificación turística y que, sin llegar a tener la fuerza de las protestas de Baleares y Canarias, también han empezado a levantar la voz.

La competición no sólo es deportiva; también se compite en tecnología: los equipos hacen todo lo posible por tener las embarcaciones más rápidas, y esto forma parte de su atractivo. El CEO de la Copa América, Grant Dalton, explica que un equipo puede tener 120 miembros, aunque sólo naveguen 12: el resto son ingenieros, matemáticos y especialistas que diseñan y construyen el barco. Además, ésta también será la primera edición de la regata más famosa que introducirá una competición femenina. Todo ello son elementos que pueden ayudar a que la 37ª Copa América de Vela, la que se hace en Barcelona, ​​sea memorable a nivel internacional.

Seguro que será un espectáculo para recordar, y los datos indican que impactará la economía de todo el país. La cuestión es aprovechar a fondo el eco internacional y económico de la competición, y asegurar que el recuerdo que quede a los ciudadanos no sea agrio ni agridulce, que este gran evento se pueda combinar con la vida de los vecinos sin hacerla cada vez más complicada, sin que tengan que sentirse extranjeros en su propia ciudad. Éste es el reto, y también será clave para marcar el futuro de próximos grandes eventos en la ciudad.

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