Una exclusiva del 'Wall Street Journal' bajo la lupa

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La agencia para los refugiados de Naciones Unidas, ACNUR, recibió un golpe reputacional muy fuerte cuando se supo que 12 de sus miembros mantenían lazos con Hamás o grupos afines. El Wall Street Journal añadió una losa adicional a la organización con una exclusiva de que el 10% de sus trabajadores en Gaza tenían vínculos con organizaciones militantes. La fuente eran "informes de inteligencia" de Israel. Medio año después no sólo seguimos sin evidencia que esto efectivamente fuera así, sino que algunas filtraciones extienden la sombra de la duda sobre un medio que ha recibido numerosas críticas por su posicionamiento en ese conflicto. La publicación Semafor hacía emerger un correo electrónico de Elena Cherney, directora de actualidad, en la que se decía: "El hecho de que las acusaciones de Israel no tengan el apoyo de pruebas sólidas no significa que reportáramos la noticia de forma inexacta o generando confusión, ni que la retiramos ni haya un error a corregir". Claro, porque ellos sólo se hacían eco de que un papel israelí decía X. Pero esto es una magra excusa. Si lo presentas como tu exclusiva, se supone que deberías haber contrastado los hechos. Escudarte que sólo reproduces lo que has visto abre la puerta a todo tipo de intoxicaciones. Sólo hace falta recordar los festines que se jodíaEl Mundoa cuenta de informes apócrifos de la UDEF.

Varios periodistas han intentado confrontar esta idea del 10% de miembros con lazos espurios, sin éxito. A raíz de la publicación de la noticia original, algunos países cancelaron su apoyo económico a la agencia. La noticia del Wall Street Journal, que multiplicaba por 100 la cifra inicial de 12, no ayudó. Quizás sí que el medio fue quirúrgico a la hora de elegir las palabras para indicar que sólo reproducía un informe. Pero debía ser consciente de las consecuencias que comportaría y demostrar mayor voluntad de confirmación.

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