Toque de atención a Europa: más confinamientos ante la virulencia de las nuevas variantes
El Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades pide no confiarse a partir de la primavera para evitar un "aumento significativo" de contagios y muertes
BruselasCuidado con confiarse esta primavera. Este es el mensaje, con un tono contundente, que envía este lunes el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC, en las siglas en inglés) en su último informe sobre la situación de riesgo. La agencia europea ya declaró la alerta máxima en enero ante las nuevas variantes de coronavirus y mantiene la alarma a pesar de que la campaña de vacunación avanza. "Si no continúan o incluso se refuerzan las medidas de confinamiento, se prevé un aumento significativo de contagios y defunciones los próximos meses", ha dicho la directora de la agencia europea, Andrea Ammon, a través de un comunicado.
El informe se centra especialmente en la expansión de las mutaciones detectadas en el Reino Unido, Suráfrica y el Brasil. "La proporción de casos de la variante británica ha aumentado a lo largo de las últimas semanas y ahora es muy elevada en algunos países europeos, lo cual indica que la transmisión continúa en muchos países europeos, si no en todos", remarca. Por ejemplo, en las últimas semanas el 27% de los contagios en Dinamarca corresponden a esta variante, el 13% en Francia, el 75% en Irlanda y el 45% en Portugal. En España, la incidencia varía mucho en función de las regiones, con proporciones que van desde el 0,4% hasta el 53%. Las otras dos mutaciones se han detectado por ahora de manera muy puntual en países como Bélgica, Francia, España e Italia, pero el ECDC está en alerta por su virulencia y ante la posibilidad de que las vacunas que ha costado un año desarrollar y distribuir no sean efectivas, como ya indican algunos estudios.
La agencia europea muestra una especial preocupación por "la fatiga pandémica" que ha eclosionado en forma de protestas anticonfinamiento en varios puntos de Europa, como los Países Bajos. "Indica que algunas partes de la población han llegado a su límite de tolerancia a la hora de cumplir las medidas", dice la ECDC. No ha ayudado que no se hayan cumplido las "elevadas expectativas" depositadas en una campaña de vacunación que ha arrancado con mal pie en Europa, como admitió la misma presidenta de la Comisión Europea. Por eso, pide a los gobiernos que gestionen la desmotivación de la población de manera urgente y, sobre todo, que se "gestionen correctamente las expectativas" ante las posibilidades de aligerar restricciones con la llegada de la primavera.
El miedo de este organismo europeo es que la expansión y mayor virulencia de las nuevas variantes sean más fuertes que la capacidad de inmunización de las vacunas y el aumento de las temperaturas. "Aunque la vacunación mitigará el efecto de las nuevas variantes, y se puede reducir potencialmente la transmisión durante los meses de verano, aligerar las medidas de manera prematura comportará un rápido incremento de la incidencia, los casos severos y la mortalidad", remacha el informe, que no excluye la posibilidad de que, además, haya nuevos problemas en la distribución y administración de las vacunas.
Por todo esto, el ECDC pide abiertamente no levantar confinamientos, sino endurecerlos, y reitera la necesidad de evitar los viajes no esenciales. Para parar la expansión de las nuevas variantes recomienda que en los casos que haya movilidad se impongan cuarentenas de 14 días a los viajeros además de test previos o a la llegada. En todos los países de la UE menos en Rumanía y Eslovenia es obligatoria una prueba PCR antes de entrar al país u horas antes de la llegada, y también son una gran mayoría los que aplican cuarentenas.
El desgaste económico
Ahora bien, las economías europeas se están resintiendo con fuerza de todas estas medidas de confinamiento que el ECDC pide alargar, y la expectativa de las personas que se están quedando al paro o las empresas que están quebrando es poder empezar a reabrir en la segunda mitad del año. Y en países como Grecia, España o Italia la movilidad es clave en la temporada de verano porque sus economías son altamente dependientes del turismo.
Por eso, el gobierno griego puso sobre la mesa la opción de crear un pasaporte de vacunación que facilite los viajes de las personas ya inmunizadas. El debate está en marcha pero las instituciones europeas, la Organización Mundial de la Salud y el mismo ECDC ponen límites claros: tiene que ser un certificado médico informativo sobre el tipo de vacuna y las dosis administradas, pero no un pasaporte. Todavía no se puede garantizar que una persona inmunizada no transmita el virus.