Biotecnología

"Es más importante crecer paso a paso que deslumbrarse con los millones de las rondas"

Marc Martinell, cofundador y consejero delegado de Minoryx Therapeutics, relata cómo cambió la investigación por la empresa

El co-fundador de Minoryx Therapeutics, Marc Martinell.
05/10/2022
3 min

Formación

“Soy de Barcelona, ​​aunque parte de mi familia viene de Sant Feliu de Guíxols. Viví en Barcelona hasta los 25 años y de pequeño estudié en la escuela Sadako. Más tarde también pasé por el Institut Montserrat, hasta que en 1995 entré en la Universidad de Barcelona para estudiar química. Lo cierto es que entonces, cuando debía elegir la carrera, dudaba entre elegir arquitectura o química porque siempre me había gustado construir algo, ya fueran edificios o moléculas, pero al final opté por la vertiente más científica. En 1999 terminé el grado y empecé un máster y posteriormente un doctorado centrado en el diseño de fármacos, que siempre ha sido el que más me ha interesado. Después, enfocado en el mundo empresarial, hice varias cápsulas formativas para emprender”.

Vida personal

“La idea de empezar un proyecto con enfermedades minoritarias como en el que estoy ahora, Minoryx, surgió a raíz de una experiencia personal y de ver el Maratón de TV3 del año 2009. Estuve mucho tiempo con la idea en la cabeza , hablando con mucha gente del sector –científicos, médicos, abogados, inversores…– e, incluso, con mi familia, y un año después decidí dar el paso. Participé en el programa BioEmprenedor XXI y fue una ayuda clave, ya que me faltaba experiencia y no me sentía preparado para emprender. Programas como éste sirven para compartir ratos con otras personas que se encuentran en el mismo momento de creación que tú, pero recuerdo pasar muchos nervios para que me seleccionaran porque en ese momento no tenía nada más allá de las ganas. Al principio fueron muy escépticos y dudaban de que realmente pudiera ser provechosa una empresa dedicada a las enfermedades minoritarias, pero en ese momento no había ninguna en España”.

El consejero delegado de Minoryx Therapeutics, Marc Martinell, en una carrera de montaña.

Vida profesional

“Empecé dentro del mundo de la investigación pasando por el Instituto de Investigación Biomédica entre 2001 y 2004. Hice la tesis doctoral con el grupo del doctor Ernest Giralt, que es muy conocido dentro del campo de la química de péptidos y proteínas a nivel internacional. Aquello me dio la oportunidad de conocer a diversos sectores y ver mundo, y me sirvió para confirmar que lo que realmente me interesaba era la biotecnología y la industria farmacéutica, fuera de la investigación. En 2004 tuve la suerte de que la empresa Crystax, una de las pocas del mundo biotech en Barcelona en ese momento, me contrató para investigar medicamentos contra el cáncer y enfermedades neurodegenerativas. Con los años, Crystax pasó a manos de Oryzon –otra compañía del sector– donde hice de jefe de proyecto hasta el 2011. En ese momento decidí que quería emprender, centrándome en investigar para crear medicamentos para enfermedades minoritarias y cofundé a Minoryx, de donde ahora soy el consejero delegado”.

Lecciones de vida

“Muchas veces nos dejamos deslumbrar por los millones de euros que implican una ronda para levantar capital, pero lo importante es si has conseguido el dinero necesario para crecer progresivamente, paso a paso. En unos estadios iniciales, necesitas unos cientos de miles de euros y resulta muy difícil levantarlos, ya que vienes de la nada. Con el tiempo, los inversores y los interlocutores van cambiando y creciendo”.

“El día a día de una empresa de biotech es una montaña rusa, aunque desde fuera pueda parecer que tenemos un crecimiento lineal. En un mismo día puedes tener momentos de ver que todo va genial y, después, que se convierte en un desastre. Tienes que pensarlo de forma más serena, no todo es ni tan bueno ni tan malo”.

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