"Queremos crear un espacio en bodega donde las personas puedan venir a tomar vino o té, donde haya actividad cultural y filosófica, donde el espíritu se sienta tranquilo, abrazado y acompañado". Marina Durany, artista multidisciplinar forjada en el mundo de la música y con dos másteres en flauta travesera, es también maestra en el camino de vivir. Suma mirada y complicidades con el enólogo Gerard Jané, al frente de la bodega Jané Ventura, en El Vendrell. Juntos han plantado la semilla de un proyecto nuevo, basado en las posibilidades de parar y sentir, contemplar, enlazando la cultura del vino con las artes. Un vínculo que la bodega del Penedès reivindica desde sus orígenes. Canto de la tierra bulle una nueva línea de vinos para alimentar cuerpo y alma. Sinceros y honestos, respiran belleza y generosidad. "Cuando no estás especializada en un mundo, puedes abrir más caminos. Te mantienes en el estado de la libertad", dice Durany. Ha creado un traje preciso para la primera referencia del proyecto, una edición limitada y especial del Reserva de la Música, un cava con 48 meses de crianza. Hablan los sarmientos, árboles y pájaros; invocan la paz a través de una ilustración. Botella transparente; la virtud de no esconder nada. 200 botellas que se pueden comprar sólo en bodega.
"El mundo del vino es un templo de sabiduría ancestral. Soy consciente de su tradición milenaria y entro con humildad. La etiqueta habla del regalo poderoso y maravilloso que es el proceso creativo y del vínculo del ser humano con la naturaleza. Es el preludio, el primer movimiento de una suite; un baño de tonalidad", resume el artista. Hay coherencia entre la artesanía de lo que se ve y se beberá: un espumoso de xarel·lo, macabeo y parellada, síntesis de elegancia y finura, frescura y equilibrio. Sin adición de azúcar. "El mayor y genuino valor que podemos ofrecer en este mundo donde parece que todo está dado, es ser únicos y honestos. Saber qué queremos vender sin dejar de ser la mejor versión de nosotros mismos", matiza Durany. "Tenemos la intención de seguir maravillando de las cosas pequeñas y sencillas donde hay alma. La inteligencia artificial, por más exuberante o potente que se nos muestre, no tiene, es tan sólo un foco. La luz real está en las manos y en la naturaleza". Gesto y mirada sembrando belleza "porque armoniza, pone orden y une". Beber por los ojos y por el corazón. Ya lo han ensayado antes con otros vinos: Migración de la libertad, Llevo un ramo de flores o Por primera vez puedes oír al hombre, tres pinturas de Marina Durany que embellecen los vinos vitales de Jané Ventura, de malvasía de Sitges, sumoll y xarel·lo. En lugar de justificar la técnica, que también les llenan de sentimientos y valores.