La enorme hipocresía de regular el sacrificio de un cordero por Pascua

2 min
Mosaico en el que aparece un cordero

BarcelonaTodas las religiones poseen rituales sacrificiales, incluidas las religiones cristianas. En cada misa se rememora el sacrificio de Cristo, aunque sea de forma sublimada: la hostia consagrada equivale a la carne y la sangre del Ungido –"Hágalo en memoria mía"– por gracia de la transustanciación y la presencia real.

Pero existen religiones todavía muy vivas, como la judía y la musulmana, que proceden al sacrificio de un animal, práctica extraordinariamente extendida a civilizaciones que nadie considera bárbaras, como la griega y la romana. Cartago era algo más brutal, porque enviaba a Baal y Moloc criaturas de vivo en vivo para ser quemadas: un grano demasiado, ciertamente.

Sacrificar un cordero por Pascua –que es cuando el cristiano debe comulgar, aunque sea una sola vez en todo el año– es un rito de la misma importancia, para judíos y musulmanes, que tomar la comunión con una forma consagrada.

La Unión Europea quiere ahora regular estos sacrificios en aras de una defensa del bienestar animal que acabará siendo el depósito de las buenas conciencias morales de los ciudadanos, ya que no hemos sido capaces de construir una civilización humana sin injusticias, guerras y asesinatos. Es una aberración y un acto de enorme hipocresía. Cada día, en el mundo entero, se sacrifican millones de sardinas, gallinas, conejos, terneros, vacas, cerdos, caballos y bueyes, y no nos consta que antes del sacrificio los animales pasen por un experto en psicología emocional ni les den ningún Trankimazin por amodorrarlos. A unos les cortan el cuello, a otros la yugular, como hacen las dos religiones monoteístas no cristianas.

El procedimiento halal y cajero de sacrificio del cordero se hace con más garantías para evitar el sufrimiento de los animales que otras muchas prácticas cotidianas dirigidas a la buena dieta de los seres humanos.

Todo ello es una muestra más de cómo la ética se ha desplazado desde los valores importantes –resumidos en el decálogo mosaico, que no prohíbe que se mate a ningún animal– a cuestiones menores como el antitabaquismo, el reciclaje de la basura y un respeto por los animales que a menudo los hombres no dedican a sus (y sus) congéneres.

stats