Hoy hablamos de

¿Cómo aprenden los que enseñan mates?

Un aula vacía.
20/12/2024
Doctora en ciències de l'educació
3 min
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Los resultados en las pruebas TIMSS 2023, que evalúan a los alumnos de 4º de primaria, han puesto a Catalunya a la cola del Estado en competencia matemática y muy por debajo de la media de Europa y de la OCDE. Son malas noticias, que confirman la preocupante situación en las aulas y la tendencia negativa que marcaron las pruebas de competencias básicas y el PISA, esta vez en primaria y con los resultados más bajos que jamás hemos tenido. Que no sea ninguna novedad el bajo rendimiento del alumnado catalán no debe dejar de preocuparnos, y por eso son buenas las medidas que se están promoviendo desde el departamento para hacerle frente.

No sirve de excusa que esta caída sea generalizada en muchos países. Como tampoco lo es que algunos de los países y comunidades que sacan mejores resultados, hace tiempo que preparan a sus alumnos para la prueba. Es uno de los efectos perversos de las evaluaciones internacionales, el teaching to the test. Como también lo es la corruptela de algunos gobiernos que manipulan las muestras o los resultados: hace tiempo que se levantan voces críticas desde la academia por decir que los rankings aumentan la presión y modifican las políticas educativas solo para salir bien en la foto, haciendo de la educación un instrumento de competición al servicio del mercado neoliberal.

En Catalunya uno de los temas más preocupantes es la falta de profesorado para impartir matemáticas en secundaria. No es solo que falten matemáticos porque un economista, un ingeniero, un físico o un arquitecto pueden enseñar matemáticas si están bien preparados para hacerlo. Es aún más preocupante que no pasen por una buena formación en la profesión docente. Hay que tener unos buenos conocimientos, pero ser buen matemático no significa ser un buen profesor. La clave es, pues, la preparación. En la escuela primaria, en cambio, el problema es el inverso porque, por muy buen maestro que seas, si no sabes matemáticas –y tu formación más reciente es la de tu secundaria–, seguro que tendremos un problema.

Hay que ir más allá del debate enconado sobre cómo aprenden las matemáticas los alumnos para centrarnos en cómo aprenden los maestros a enseñar matemáticas. Porque la clave del aprendizaje de los alumnos es la calidad de la enseñanza. Hoy, en Europa, se priorizan buenos programas de formación permanente para el profesorado tanto en primaria como en secundaria. Los gobiernos invierten en programas de mentoría, de acompañamiento y de apoyo a los centros. En este sentido, son interesantes el programa llamado Sensei de mentoría para los principiantes del departamento, el Programa Florence de apoyo a los centros o el anunciado posgrado interuniversitario de enseñanza de las matemáticas.

Se trata de iniciativas que van en la línea de mejora de la calidad docente, que sabemos que es lo que más impacta en los resultados de los alumnos, y en especial de aquellos con situación de desventaja. Sin embargo, ¿basta con ofrecer más formación y apoyo? No: todo depende de cómo se haga. Los gobiernos también han invertido miles de millones en investigaciones destinadas a averiguar la mejor forma de diseñar el desarrollo profesional para que sea eficaz. Los resultados varían mucho según cómo se haga: no siempre la formación se traduce en una mejora de la práctica de enseñanza y, por tanto, de aprendizaje de los alumnos. Un maestro puede asistir a cursos, cursillos, talleres, seminarios, conferencias y posgrados sin adquirir las habilidades necesarias para aplicar lo aprendido una vez vuelve a su aula.

Hace pocos días –en el 2º Congreso de la Sociedad Catalana de Pedagogía– pudimos escuchar a la profesora Ee Ling Low de la Universidad de Singapur, referente internacional en desarrollo profesional docente eficaz. Low pone énfasis en el que es colaborativo y sostenido, el que promueve la cultura de aprendizaje de los maestros dentro de las escuelas. Proponer las mismas recetas para todos los centros, al estilo de "más horas de mates para los alumnos con bajo rendimiento", es estar equivocado. Como también lo está el modelo del experto que, basándose en la investigación en didáctica de la matemática, le dice al docente qué tiene que hacer y cómo (qué actividades y recursos) de modo que desempodera a los maestros. Ee Ling Low insiste en la importancia de promover espacios de colaboración entre docentes –comunidades de aprendizaje profesional– que fomenten la reflexión conjunta, el intercambio de prácticas y el apoyo mutuo. Y también la importancia de reconocer los méritos y promover una carrera docente (que hoy todavía no tenemos en Catalunya, pero esto es para otro artículo).

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