

Cap de Brot es el nombre de una nueva editorial literaria con sede en Girona, que publica libros en catalán bajo una divisa clara: "Una editorial que no tiene miedo". No tendrá, porque sale a camino de los lectores con tres libros excelentes pero nada obvios: el segundo libro de poemas de Laura G. Ortensi, una excelente poeta joven, titulado La marca del anzuelo, y dos recuperaciones de clásicos, uno difunto y uno bien vivo: Pájaros de barro, de Santiago Rusiñol, y Aquí acaba todo, de Josep Piera. Seguirán en breve títulos de Carme Guasch, Lluís Lucero Comas y Giordano Andriola, traducido por Josep Domènech Ponsatí. Los libros que salen de este Cabo de Brot son bellos, bien diseñados, incluso pulcros, y hacen leer y buena compañía.
Este sábado tuvo lugar en la librería Ona la presentación del libro de Piera, que a su vez también fue como una presentación en sociedad de la editorial, además de una fiesta sorpresa dedicada al autor, sin más motivo que celebrar su literatura y el amor de Josep Piera por la vida compartida con los amigos. De esto, del gozo de vivir y de la voluntad de vivir que se abre camino por la piel herida de un cuerpo enfermo, hasta imponerse a la muerte, de la memoria que salva y del presente que queda atrás para convertirse en pasado, trata justamente Aquí acaba todo, un dietario de una estancia del autor en Nápoles y Sicilia a mediados de los años ochenta, en cuyo transcurso tuvo un encontronazo grave de salud que le hizo mirar por primera vez la muerte cara a cara, cuando aún no había cumplido los cuarenta años. Lejos de casa, extranjero en un hospital en el que las únicas alegrías eran las voces de los niños que jugaban fuera y la lectura de poesía.
Piera, que hace un par de años recibió el Premio de Honor de las Letras Catalanas, ha revisado esta nueva edición del libro y ha añadido un epílogo que es como último capítulo añadido al texto con el peso de los treinta y dos años transcurridos desde la primera edición. Además de uno de nuestros poetas de cabecera, Piera sobresale como prosista en los libros de viaje y de memorias, en títulos como El risco verde, Seducciones de Marrakech o la trilogía memorialística formada por Puta posguerra, Los fantásticos setenta, 1969-1974 y Cambio de rumbo. Los fantásticos setenta, 1975-1979, sin olvidar un libro singular y tan gustoso como El libro dorado: la historia de la sartén como nunca se ha contado. En Aquí acaba todo practica una indagación sobre el propio yo que constituye, como ha dicho el poeta Joan Deusa, "el trabajo humano de ver al mundo como un milagro, y el milagro es el diálogo".
Josep Piera, en efecto, es un hombre de diálogo, tanto en la literatura como en la vida. También un firme partidario del placer, mejor conocido después de experimentar el dolor. "El cuerpo enfermo saboree intensidades de vida", dice un poema de Biel Mesquida. En el epílogo que ha añadido a esta bella nueva edición deAquí acaba todo, Josep Piera cierra el volumen así: "Vivimos en el placer y en el dolor, en lo real y en lo fantástico, en la presencia y la ausencia, en lo que tenemos cerca y en lo que imaginamos. Vivimos la vida y morimos la muerte. Y eso es todo".