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Los campesinos catalanes también se han manifestado repetidamente y han llenado las carreteras de tractores, como esta tractorada en Vic del pasado febrero.
06/02/2025
Periodista
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Vives en una amenaza perpetua. Te subirán el precio del alquiler, de la luz, del gas, de la comida. Pero si produces la comida, no te la pagarán mejor. Por eso protestarás. Y por la burocracia y las dificultades de realizar un trabajo que nos cuida la tierra. Pero ya has protestado hace un año y no ha cambiado prácticamente nada. Solo que muchos pichapines vieron a un tractor de cerca y alguien cayó, por primera vez, que detrás de una judía tierna había una persona. Pero tú también quieres comprar barato, ni bueno ni hermoso. A veces podrías elegir bien y no lo haces, porque te prevalece otro criterio, tienes todo el derecho, y da igual de dónde venga lo que compras, aunque no tenga ningún sentido lo que supone que venga de muy lejos innecesariamente. Quieres comer lo que te apetece, no lo que nos dan las estaciones, y quieres tener lo que está de moda, porque aunque somos humanos que se miran poco, necesitamos formar parte del grupo. Está bien. Todo está bien. La producción es exagerada porque las personas somos exageradas. Queremos que nuestros productos, sean cuales sean, traspasen las fronteras. Y que nos paguen un precio justo pero que lo que compramos salga más barato. Estamos en una rueda que no gira redondo. Trump y los aranceles hacen tambalear la economía mundial, pero hace ya tiempo que la economía mundial es una condena de desigualdad y de aceleración del cambio climático. No justifiques Trump. Sólo quieres dar a entender que habíamos dejado de alarmarnos cuando se hacía lo que se hacía pero el protagonista era menos grotesco y parecía más amable.

Vives en una amenaza perpetua. Marchas de Santorini, la isla turística de Grecia por antonomasia, porque hay una ola de terremotos que puede acabar provocando un tsunami. La isla idílica de casas impecables está acostumbrada a los movimientos sísmicos, pero tantas repeticiones no son usuales, ni es fácil predecir por la ciencia qué puede acabar pasando. El número de residentes es de quince mil, pero cada año recibe a más de tres millones de turistas. Se calcula que se han marchado de la isla unas once mil personas, sin que haya habido ninguna orden de evacuación. En 2025 se preveía un año de importantes cambios. Parecía que tenían que venir provocados más bien por nuestra especie, pero parece que la tierra también tiene sus planes y mueve las suyas fichas.

Vives en una amenaza perpetua. Llega la Bestia del Este y no es Putin, pero casi. Es una ola de frío que tiene ese apodo porque el aire viene de Siberia. En Cataluña le llaman la siberiana, que suena mucho más a partitura de música clásica y te tranquiliza. También te tranquiliza que bajen las temperaturas en febrero, porque no sabes si debes sufrir más por la llegada de una bestia o por el titular que dice que "el planeta vive en enero más cálido de la historia". No rebajas el consumo de energía, y si lo haces, ni se nota, porque la mayoría vive pensando sólo en el presente. Por mucho que arda. Las herencias se dejan en ladrillo, no en sostenibilidad.

Vives en una amenaza perpetua. Los códigos se han roto. La libertad de expresión es libertad de odios. Vuelven los que nunca se han ido, reforzados por atizadores con púlpitos gigantes, donde han llegado a través de un sistema que hace tarde al replantearse. O es que es quizás la misma humanidad, que en el desconcierto elige el atajo más insensato. Ha perdido el vértigo que le hacía la historia y la repite con actores que parecen ridículos, pero el ridículo es como los mosquitos: hay personas a las que les pican más que otras.

Vives en una amenaza perpetua. Esto dicen las noticias. Y son ciertas. Pero mientras vivas, tendrás la opción de contrarrestarlas.

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