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250119 Patricia Cornellana RGB web
19/01/2025
Directora del ARA
4 min
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Tensar la cuerda sin romperla y pelota adelante sería el resumen de la semana política. O en palabras de alguien muy cercano a la negociación entre Junts y el PSOE: "Este es un juego de imágenes".

Gestos y diferencias en la negociación sobre inmigración que han acabado de momento en un pacto por darse tiempo mutuamente para negociar, gesticulando pero sin romper la cuerda, para intentar cerrar los temas pendientes.

La cuestión es ganar tiempo esperando a que llegue lo más importante. Para el expresidente Carles Puigdemont es el cumplimiento judicial de la amnistía y el éxito en la negociación de las competencias sobre inmigración y el catalán en la UE. Para el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, lo más importante es mantenerse sobre la cuerda del equilibrista, sobreviviendo a cada paso, y quizás hablar de los presupuestos, pero parece que del 2026. Mientras tanto, la palabra de orden interno en la Moncloa es combatir la ofensiva judicial del PP y cohesionar el voto de la izquierda. Aglomerar a la oposición al PP con la actualización del exitoso eslogan "Si tú no vas, ellos vuelven" a través de la campaña de conmemoración de la muerte del dictador Francisco Franco.

MODOS DE PRESIÓN

Carles Puigdemont, que tiene el manual de los golpes de efecto comunicativos, intentó poner una fecha límite a la negociación y se ingenió la cuestión de confianza. Un gesto que sorprendió a los socialistas, que se lo encontraron en la prensa y lo interpretaron como una rotura de confianza con una "cuestión fake" que el gobierno español no está dispuesto a aceptar. Aunque es una prerrogativa de quien está en el gobierno y de nadie más, Puigdemont intentaba poner presión a los negociadores pero evitaba lanzar la bomba nuclear que sería apoyar la moción de censura. El expresidente sabe que buena parte de su electorado no entendería que acelerara una llegada del PP y Vox al gobierno español. De hecho, el viernes Puigdemont fue tajante en la negativa a acercarse al PP en exceso. De acuerdo a votar alguna ley y hacer muchas reuniones de Nogueras y Batet con empresarios de la energía y banqueros, pero sin dar credibilidad a una alianza con el PP letal para el PSOE.

Encima de la mesa hay tres temas prioritarios: amnistía, competencias sobre inmigración y el catalán en Europa.

A la espera de la decisión del Tribunal Constitucional sobre la amnistía, que se prevé en torno al verano, Junts exige "la amnistía política", que significa el reconocimiento del expresidente como el interlocutor de Junts, y tiene en mente el marco ideológico del preámbulo del acuerdo de Bruselas. El pacto que reconoce el origen del conflicto en 1714 y que tanto incomodó a los socialistas catalanes.

Junts quiere el reconocimiento de la interlocución directa con el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, más galones en la interlocución en la mesa de Suiza con el ministro de Justicia o Interior o directamente un encuentro con Pedro Sánchez. Fuentes cercanas a la Moncloa descartan la presencia de los ministros y aseguran que el encuentro con Sánchez "se tiene que madurar" porque primero es necesario un acuerdo y un trasfondo político. Las mismas fuentes consideran que ambas fuerzas están "condenadas a hablar", pero los "puntos de equilibrio son complejos", por ejemplo, en el control de fronteras. Fuentes de Junts reclaman "dar el NIE y poner las condiciones" con una transferencia integral de la competencia y tomar decisiones en función de la realidad de la inmigración en Catalunya.

En el marco de la llamada amnistía política, Junts reclama también que se garanticen las labores de seguridad del expresidente en Waterloo.

Las negociaciones de Junts y el PSOE afectan también a los socialistas catalanes. Para el presidente Salvador Illa, la prioridad es mantener la estabilidad, favorecer la idea de que el conflicto ha terminado y preparar unos presupuestos que muy difícilmente serán los de 2025. La estabilidad del gobierno de la Generalitat no es ajena a la situación de ERC, con un Oriol Junqueras pendiente del congreso de marzo. Hasta ese momento, los presupuestos catalanes y españoles estarán en el congelador.

FINANCIACIÓN

¿Se adelantará en el tema relativo a la financiación?

Pedro Sánchez continúa la renovación territorial del PSOE, con los riesgos que esto tendría en condiciones normales en la obra de gobierno, pero como el PSOE no tiene mayorías y cada medida es el parto de la montaña, ha decidido enviar el ministro Óscar López a Madrid y la vicepresidenta y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a Andalucía.

Ambos ministerios se resentirán, pero Sánchez sabe que ahora le toca tomar el poder territorial al PP. La elección de Montero no es buena noticia para los socialistas catalanes. Es difícilmente imaginable la aplicación del acuerdo de la financiación singular que pueda beneficiar a Catalunya con Montero haciendo campaña en Andalucía.

Hoy no le convienen elecciones a ninguno de los actores de la coalición que apoyó a Sánchez. Pero los avances son minúsculos y forzados por sustos parlamentarios.

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