Hoy hablamos de
'El escándalo de las adopciones internacionales'.
Periodista i crítica de televisió
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La noche del jueves, Documentos TV, en La 2, emitió El escándalo de las adopciones internacionales, un documental francés que recoge las investigaciones que se han realizado en diferentes países sobre las irregularidades en los procesos de adopción en diferentes lugares del mundo. Corea del Sur, Colombia, Chile, Etiopía, Polonia y Vietnam son algunos de los países que satisfacieron, en los ochenta, la fuerte demanda de adopciones. Criaturas que ahora tienen entre treinta y cuarenta años. El documental se pone en contacto con personas que, desde Suecia, Países Bajos o Francia, han comenzado luchas colectivas por denunciar los miles de casos de bebés robados. Uno de los aspectos más interesantes es cómo las víctimas de estas circunstancias explican cómo descubrieron que su proceso de adopción no había sido como les habían explicado. Las familias adoptantes tampoco eran conscientes de las atrocidades cometidas en los países de origen de esos niños. Las historias estallan cuando, de adultos, intentan localizar a sus padres biológicos. Y en el proceso de investigación, la historia está llena de trauma y dolor por parte de unas madres que fueron inducidas u obligadas a entregar a sus hijos, oa las que les arrebataron de un día para otro sin permiso.

A lo largo del documental se van entrevistando a personas adoptadas en diferentes países que un día tropiezan con documentos y versiones que no se esperaban. También madres que cuentan los engaños de los que fueron víctimas.

La producción tiene una narrativa que crea mucho suspenso en torno a los hechos: "Descubriremos lo impensable", "Nos estamos acercando a un fenómeno de una escala y una importancia insospechadas", "Nunca pensé que llegaría a saber lo que ahora sé". Hay algunas imágenes de archivo que son muy impactantes. Las adopciones internacionales que se produjeron en el boom de los ochenta se hacían efectivas a través de compañías aéreas. Llevaban a los niños a puñados, y una decena de azafatas uniformadas bajaban a los bebés del avión para entregarlos a los padres ilusionados, que no debían ni moverse de la ciudad donde vivían. Era parte del espectáculo, como si un ejército de cigüeñas les llevara al bebé. Hay casos terribles, como las granjas de bebés de Sri Lanka en las que embarazaban a mujeres jóvenes y pobres para comercializar con sus bebés. El documental denuncia cómo, para satisfacer la elevada demanda, se creó un mercado competitivo. Un niño enviado al extranjero a Corea del Sur, por ejemplo, generaba cinco veces más dinero que un niño que se adoptaba en el mismo país. España aparece en el ranking de los países del mundo donde las personas adoptadas ilegalmente no tienen ninguna institución a la que acudir. La historia no nos resulta ajena, con los niños robados del franquismo. Y también sabemos hasta qué punto las autoridades no han movido un dedo para atender y reparar esa atrocidad. Merece la pena recuperar el documental de la plataforma RTVE Play, porque es una lástima –y muy sintomático– que historias de denuncia como ésta se emitan a las doce de la noche.

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