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La cárcel según el hijo de Ana Rosa Quintana

'Mis días en la presó'.
Periodista i crítica de televisió
2 min
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La plataforma digital de Mediaset, Mitele, ha estrenado un videopodcast presentado por el hijo de Ana Rosa Quintana. Álvaro Rojo Quintana es abogado penalista de profesión y tiene un propio bufete. Tiene el aspecto de un joven conservador madrileño, se asemeja a su madre, tiene una manera de hacer más discreta y un talante amateur frente a la cámara. Durante la celebración de un juicio por asesinato en el que Rojo actuaba como defensa, coincidió con Juan Manuel Medina Andrés, el abogado de la acusación y colaborador habitual de magazines televisivos. De esa confrontación nació una sintonía personal y la idea de hacer un programa juntos que ahora se ha hecho realidad. Mis días en la presó son entrevistas de media hora a presos ilustres que relatan su experiencia entre rejas. Quien abre la serie es Ángel María Villar, expresidente de la Federación Española de Fútbol, ​​que en el 2017 pasó diez días en prisión. El expresidente del Barça Sandro Rossell será otro de los invitados. El término ilustre es más flexible, porque el resto de entrevistados no son especialmente conocidos ni mediáticos.

Álvaro Rojo anuncia al inicio: "Tu vida puede cambiar en un solo instante. Un juicio, una sentencia, y de repente todo lo que conoces desaparecePresentan la cárcel como una circunstancia casi azarosa, y no valoran los motivos por los que entraron los invitados. Les interesa sólo la experiencia como tal. Mis días en la presó responde al estereotipo más obvio: explicar el momento de la detención, la llegada a prisión, los protocolos de ingreso, la vivencia de la primera noche, la relación con los demás internos, la calidad de la comida, los olores, las actividades y anécdotas, los vis-a-vis y las emociones que lo rodean. Medina Andrés, en conversación con Ángel María Villar, hace un curioso matiz:"Queremos dejar claro que las cárceles no son hoteles". Esta tesis pobre y elemental demuestra la fragilidad del formato. Los abogados hacen preguntas como si fueran neófitos absolutos en la materia, un detalle que no dice demasiado a favor de su experiencia profesional. No cuestionan ni aclaran aspectos relevantes. Villar relata que en el momento del ingreso le dieron ninguno". la prescripción farmacológica. Los propios abogados rezuman una frivolidad sobre la cárcel muy desconcertante."¿Qué quitaba pitjor, estar en la presó o no poder seguir la jornada de Liga?Es un planteamiento más morboso que divulgativo. En una promoción del programa, los dos entrevistadores dicen a los espectadores que en caso de tener que ir a prisión siempre pueden contar con sus servicios. Y eso explica mejor lo que estamos viendo. Mis días en la presó parece un método sibilino de publicidad de sus servicios como abogados. Ahora bien, viendo su poca capacidad para aclarar circunstancias y profundizar en la materia y en el tema del programa, en caso de contratarlos quizás ya puedes intuir dónde acabarás.

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