

El martes, después de La revuelta, Marc Giró está triunfando en La1 de TVE con su Late Show. La semana pasada, la dirección de la televisión pública lo elevó de la segunda cadena a la primera. Y el éxito de audiencia puso en alerta a los medios que ven, en cada decisión de programación, una conspiración política promovida por el gobierno español. Esta semana, Giró reaparecía agradeciendo la confianza. Pero también recuperaba algunos titulares que interpretaron su estreno como una nueva estrategia socialista. Giró destacó la noticia del seudodiario de Eduardo Inda, Ok Diario, que anunciaba: "La TVE sanchista recrudece su ofensiva contra El Hormiguero fichando a Marc Giró tras La revuelta". El presentador profundizaba en la información, en la que atribuían al cambio una premeditación ideológica, asegurando que "Marc Giró es conocido por su ideología de izquierdas, de la que presume en cada uno de sus programas, por lo que tiene lógica que la televisión sanchista lo haya querido ascender".
Giró, con su teatralidad habitual, puso en duda los supuestos de la noticia y desafió al redactor de información: "Creo que usted, caballero, debería informarse un poquito más". Y aseguró que "yo, de izquierdas, izquierdas... de izquierdas, izquierdas, no sé si soy exactamente…" y, con su sarcasmo habitual, aportó pruebas y detalles de su vida privada que contradecían los principios más elementales de la gente de izquierdas. Giró mostró la fotografía de sus perros, dos schnauzers monísimos, dejando claro que no los adoptó en ninguna protectora sino que los compró cuando eran cachorros por un buen pico. Admitió que no reciclaba la basura y que incluso tiraba al contenedor del orgánico los electrodomésticos estropeados. Explicó que las bombillas las compraba en Amazon, y que si hubiera hecho el esfuerzo de ir a la tienda del barrio a comprarlo, habría cogido el coche, que va con diesel. También aportó la fotografía de él, elegantísimo, montando su amado caballo. Mostró también las entrevistas que le habían hecho en La Razón y el Abc e incluso enseñó un ejemplar de la revista Forbes española de la que ha sido imagen de portada. "¿A ustedes les parece que alguien de izquierdas puede ser portada de la revista Forbes?". Aseguró que la única persona racializada con la que tenía contacto era la señora que le limpia la casa, a la que presentó. La mujer no parecía nada satisfecha con sus condiciones laborales. Lamentó que no tuviera contrato ni seguro y que le pagaba B. Y cuando parecía que ya lo había dicho todo y arrancaba el programa, Giró añadió una cola: "De izquierdas, izquierdas, no sé si seré. ¡Lo que sí soy, es antifascista!", remató.
Giró, con aquel monólogo hiperbólico, desmontaba las caricaturas que sirven para señalar a personas, haciendo énfasis en la hipocresía de la derecha más rancia. Pero, sobre todo, devolvía la colleja, apuntando a la ideología de extrema derecha y a los medios ultraconservadores que viven de estos titulares que reducen a las personas a simples artefactos políticos.