

Vivimos en lo que podríamos llamar el mundo más desarrollado, y lo hacemos completamente inmersos en diversas pandemias cronificadas y crecientes, como la pandemia de la obesidad, tanto en adultos como en niños, o la pandemia de la sumisión a las pantallas, con lo que representa en relación a las redes sociales y a la correspondiente presión estética que atenaza sobre todo a nuestros adolescentes y jóvenes.
Según la encuesta de Salud de Catalunya, ESCA, en 2023, en una media entre los dos sexos, el exceso de peso en la franja 45-64 años era del 56,5%, y del 69,4% en la franja entre 65 y 74 años, con un claro predominio del sexo masculino.
La evidencia científica correlaciona directamente el exceso de peso y el conjunto de enfermedades cardiovasculares, sobre todo si van acompañadas de otros factores de riesgo.
Sin embargo, la presión estética feroz de las redes y del conjunto de la sociedad de consumo condiciona a una parte de la población para que busque estereotipos, con la deriva que ello conlleva sobre todo en el campo de los trastornos de la conducta alimentaria. No extraña lo más mínimo, pues, que la aparición de fármacos como Ozempic, para hablar de la marca más exitosa, y de otros fármacos asociados a una solución milagrosa y fácil de la obesidad, sea un fenómeno que haya traído, por ejemplo, a la farmacéutica matriz y su país a un nivel insospechado de ganancias económicas. Hasta el punto de que Novo Nordisk se ha convertido en la mayor empresa de Europa, con unos beneficios millonarios que permiten un crecimiento del 1,9 del PIB anual en Dinamarca, y ha situado a la pequeña población de Kalenburg, sede de la compañía, entre las más prósperas del planeta.
Creo, sinceramente, que ante este escenario son necesarias algunas reflexiones, urgentes y de sentido común, con relación al sistema sanitario y a la responsabilidad de la propia autoridad sanitaria.
La estrategia contra los factores de riesgo cardiovasculares, obesidad incluida, no la podemos hacer pivotar sobre una estrategia medicamentosa y, por si fuera poco, inducida por la propia industria farmacéutica. ¡Así de claro y de rotundo! El sobrepeso, la obesidad moderada, así como la diabetes de forma complementaria, se combaten con hábitos de vida saludable, con ejercicio regular, alimentación adecuada, supresión del tabaco y alcohol y gestión del estrés, entre otras medidas. Los factores socioeconómicos son la principal causa de la obesidad en general, y sobre todo de la infantil. Hay que sumar, además, el sedentarismo, el uso excesivo de las pantallas y alimentos multiprocesados. Lo sabe todo el mundo y es por ahí que debemos ir. No podemos medicalizar nuestra vida de forma sistemática. Esto ya se dice en el Plan de Salud 2021-2025, donde ya se mencionaba la medicalización cotidiana como peligro evidente para la salud comunitaria.
Ozempic está aprobado para el tratamiento de la diabetes... y son los diabéticos los que, precisamente, tienen problemas de suministro por falta de stock. Un problema que viene motivado por la utilización del medicamento contra la presumible obesidad, un uso no aprobado, con efectos rebote y distintos efectos secundarios y sin ningún tipo de regulación de la autoridad sanitaria.
Antes de generar un nuevo elemento de desigualdad en nuestra población, es necesario remediar esta situación. Prioricemos su uso para los pacientes que lo necesitan, ante todo. Marquemos desde el Sistema Nacional de Salud Catalán las indicaciones de este medicamento. Regulemos su uso en función de lo aprobado por la Agencia del Medicamento.
Y, sobre todo, fomentemos el ejercicio físico y la alimentación saludable como las verdaderas herramientas de salud, de forma insistente y acompañadas desde la atención primaria y, es necesario, también desde el mundo local.
Fomentemos la educación para la salud como una batalla compartida por el conjunto de la sociedad y no dejemos que la industria farmacéutica nos marque la agenda. No medicalicemos nuestras vidas y sobre todo inculquemos a los niños y jóvenes la cultura del ejercicio físico regular y la estima por el propio cuerpo.