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Donald Trump
30/11/2024
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Existen dos visiones sobre el impacto de la segunda presidencia de Donald Trump. La primera es que no debemos hacer mucho caso de lo que ha dicho en campaña y que habrá continuidad con las políticas pasadas. Esta visión se fundamenta en lo que ocurrió en su primera presidencia, el peso de la realidad y los avisos de otros miembros del gobierno, además de los contrapesos del sistema, que acabarían condicionando las actuaciones del segundo mandato. La segunda visión es que en 2016 Trump no tenía un equipo preparado para gobernar que ahora ya tiene con los programas desarrollados (como el del Heritage Foundation). Hoy dispone de todos los resortes del poder contando con Senado y Cámara de Representantes, y control de hecho del Tribunal Supremo; hay que añadir la red social X de Elon Musk, que puede contrarrestar a los medios de comunicación tradicionales.

Bastantes de los nombres propuestos no destacan por la competencia técnica. El tatuado presentador de la Fox Pete Hegseth en Defensa, el anticunatas Robert Kenendy Jr. en Salud, la ex directiva de la empresa WWE de la lucha libre Linda McMahon en Educación, la gobernadora matacuerpos de Dakota del Sur Kristi Noem en Seguridad Nacional, y la ex demócrata amiga de Rusia Tulsi Gabbard en Inteligencia Nacional, son ejemplos. El controvertido Matt Gaetz, propuesto como fiscal general, tuvo que renunciar y ha sido sustituido por el ex fiscal general de Florida Pam Bondi (que afirmó en el 2023 que los fiscales que acusan a Trump serán perseguidos). Otros nombres propuestos son más convencionales, como Marco Rubio para Secretario de Estado, y los financieros Scott Bessent y Howard Lutnick para Tesoro y Comercio respectivamente, aunque partidarios del nacionalismo proteccionista.

Es un equipo bajo el denominador común de la lealtad a Trump. Sus promesas electorales fueron contundentes: aranceles draconianos, bajadas de impuestos, deportaciones masivas de inmigrantes ilegales, reducción del presupuesto federal en un tercio bajo el mando de la oficina asesora DOGE dirigida por Vivek Ramaswamy y Musk (que ha patrocinado la criptomoneda de broma dogecoin), desregulación de los sectores de la energía, tecnológico y financiero.

Ahora bien, los obstáculos para llevar a cabo el programa son formidables. que representa el 61% y que afirmó que no tocaría, el 13% de gasto en intereses de la deuda y un 12% para defensa, sólo queda un 14% a recortar. Un recorte de impuestos sin tocar mucho el gasto hará subir déficit y deuda públicas. Los republicanos, de hecho, nunca han equilibrado el presupuesto público, y Trump tampoco lo harán. la escalera anunciada por el elevado coste que tendría y las repercusiones sociales y en el mercado de trabajo. Según un punto de vista, la amenaza de las grandes subidas de aranceles se quedaría en táctica negociadora en buena parte; según otro, se harían y bloquearían las exportaciones de China y de Europa. grande y más cerrada. También perjudicarían mucho a México y Canadá, para los que Trump amenaza con el 25%. El proteccionismo de EEUU tendrá respuesta internacional y podría provocar una recesión mundial. Entonces la bolsa de EEUU se resentiría de ello y previsiblemente Trump lo querrá evitar. ).

Otra incógnita es la política frente a las grandes plataformas tecnológicas. Varios empresarios de Silicon Valley han apoyado a Trump, quien también ha dicho que quería hacer de EEUU la capital mundial de las criptomonedas (la familia Trump ya ha creado una empresa). Brendan Carr, propuesto como jefe de la agencia de comunicaciones FCC, advirtió las grandes plataformas (excepto X) que deben respetar el free speech (traducción: que no moderen los contenidos extremistas conservadores). El vicepresidente electo Vance ve un sesgo en Google contra los conservadores y está de acuerdo con la cruzada de Lina Khan, jefe de la Federal Trade Commission, contra las big tech (ahora el Department de Justicia de Biden ha propuesto que Google se deshaga del navegador Chrome). Puede haber una coincidencia anti big tech demócratas y republicanos. Jeff Bezos, de Amazon, ya intentó apaciguar a Trump antes de las elecciones haciendo que el Washington Post no avalara a ningún candidato. Lo que va a crear tensiones seguro son los conflictos de interés con los negocios de Musk. Por ejemplo, Tesla ha subido un 40% desde las elecciones y nada ha cambiado salvo que una retirada de subsidios al vehículo eléctrico mataría a la competencia, y en inteligencia artificial y en la industria del espacio puede influir en contra de los rivales.

Se admiten apuestas sobre si la moneda saldrá cara o cruz.

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