Faltan pocos días por estrenar un nuevo curso escolar, un nuevo ciclo que llega cargado de retos. En el dossier del ARA de este domingo hemos seleccionado los principales y los explicamos, aportando una brizna de optimismo con algunos casos de éxito de los muchos que existen en el ecosistema educativo del país. Centros que salen adelante, como el instituto de Berga que ha dado la vuelta a los malos resultados en matemáticas aplicando un método innovador, el centro de formación profesional que ha conseguido ofrecer un programa de formación en el exterior a sus alumnos y la escuela de alta complejidad que presume de buenos resultados académicos, haciendo de su biblioteca el centro de gravedad.
Más allá de estas valiosas historias, la realidad es que el abordaje de medidas para enderezar el sistema educativo catalán es urgente, tal y como demostraron los malos resultados académicos, que encendieron todas las alarmas el curso pasado. Revertirlos no se hace en un día (ni en un curso), pero habrá que trabajar por recosir el diálogo y las complicidades entre toda la comunidad educativa y consolidar un horizonte de remontada. Diálogo es la bandera que promete la nueva consellera de Educación, Esther Niubó, que concede al ARA la primera entrevista desde que la nombraron, hace pocas semanas. Seguro que docentes, direcciones y familias tienen una larga lista de propuestas que habrá que abordar con ambición, capacidad de escucha y voluntad de llegar a acuerdos.
La mejora de los resultados educativos implica atender las necesidades de los alumnos (ellos deben ser el centro) y también las carencias más urgentes que los docentes encuentran en su trabajo en el día a día, como la falta de efectivos en las aulas. Trabajar por un sistema educativo más equitativo, reducir las desigualdades entre centros, debe ser una de las prioridades. Tan importante es que lleguen más recursos como que estos recursos se destinen allá donde hacen más falta. Por eso es necesario que las medidas se orienten a acompañar a las escuelas e institutos para que puedan desplegar las metodologías que les permitan mejoras educativas. Reducir la segregación escolar y el abandono, e impulsar aún más y mejor la formación profesional dándole los recursos que necesita son también deberes pendientes.
El blindaje del catalán en la escuela debe ser una línea roja. Con el decreto para protegerlo suspendido por la justicia a la espera de que el Tribunal Constitucional (TC) se pronuncie, y más allá de la ley vigente que le sitúa como lengua vehicular, lo que hace falta es que el nuevo departamento garantice que esto se cumple en los centros. El preocupante retroceso del nivel de catalán de los alumnos de 4º de ESO y la caída en picado del uso social entre los jóvenes obligan a garantizar más que nunca la protección y promoción de la lengua en el sistema educativo.