El mensaje de los empresarios alemanes contra la extrema derecha


En una iniciativa que debería ser normal pero que por desgracia no lo es tanto, los responsables de las principales empresas alemanas –entre ellas Mercedes-Benz, Siemens y Deutsche Bank– han hecho un llamamiento a la población para que no voten a formaciones extremistas como Alternativa para Alemania, que es la segunda en intención de voto según las encuestas. "Vemos una erosión de nuestros valores democráticos y socioeconómicos. Hemos llegado a un punto crítico, o incluso lo hemos superado", afirmó Roland Busch, presidente de Siemens, quien advirtió contra "el aumento masivo" de posiciones xenófobas en la campaña electoral.
Este posicionamiento de los empresarios alemanes no es estrictamente nuevo, porque ya se había producido en las pasadas elecciones europeas, pero a nadie se le escapa la importancia de los comicios del 23 de febrero en el Bundestag, que serán decisivos para el futuro de toda la Unión Europea. En la carta se defienden principios tan básicos como que sin estabilidad no existe progreso y que la población inmigrante es clave para la economía alemana. Los empresarios alemanes, pues, se alejan de lo que parece la tendencia mundial, vistos los casos de Donald Trump y Javier Milei, en los que parte del empresariado abarca las tesis de la extrema derecha, y apuestan por la estabilidad y la moderación. Es conocido el trauma que arrastra a Alemania con la colaboración que muchos industriales brindaron a Adolf Hitler en los años 30, y ahora no quieren repetir el mismo error.
Habría que ver si este posicionamiento valiente se repite en otros países donde la extrema derecha también es una amenaza. En cualquier caso, lo que hacen los empresarios alemanes es defender el modelo europeo que se ha construido después de la Segunda Guerra Mundial, y que en el caso europeo ha hecho compatible un fuerte desarrollo económico con un notable nivel de bienestar y cohesión social. Y ellos mejor que nadie saben que las políticas proteccionistas y de cierre de fronteras, que la extrema derecha vende como una vía para volver a un pasado falsamente idealizado, es la vía más rápida para el fracaso económico y social.
A la espera de los debates televisivos, sin embargo, todo apunta a que Alemania se encamina hacia un escenario de una gran coalición liderada por la CDU de Friedrich Merz, que sería el próximo canciller. De momento, parece que el electorado no ha castigado a Merz por haber votado junto a AfD algunas políticas antiinmigración, un gesto criticado por la propia Angela Merkel. También es cierto que el escándalo ha forzado a Merz a tomar el compromiso (impensable en el caso del PP español con Vox) de no pactar nunca con AfD y de aplicar el cordón sanitario. Una gran coalición de democristianos y socialdemócratas en Alemania puede ser una buena noticia para una Unión Europea que busca desesperadamente una posición de consenso para hacer frente a las amenazas de Trump y también una fórmula para luchar contra el enemigo interior, esa extrema derecha que este fin de semana se reúne en Madrid invitada por Vox.