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Los aranceles de Trump: el mundo se resentirá de ello

Donald Trump el 30 de enero en el Despacho Oval.
21/02/2025
3 min
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Trump hace tambalear el mundo con amenazas de imposición de aranceles de forma generalizada. Según él deben cumplir dos objetivos: proteger la economía de EE.UU. (y la industria en particular) y proporcionar ingresos al estado (llegando a decir que podrían sustituir el impuesto sobre la renta, como en tiempos del primer secretario del Tesoro, Alexander Hamilton). Con la experiencia de su primer mandato, se supone que son también una táctica negociadora para conseguir otros fines. Por ejemplo, controlar la inmigración ilegal y el tráfico de fentanilo desde México y Canadá (!). La imposición de aranceles del 25% en ambos países y la pausa de un mes al implementarlos, a cambio de concesiones (que parecen cosméticas), así lo indicaría. La táctica se basa en la idea de que el coste de imponer aranceles es mucho mayor en un país pequeño que en uno grande como EEUU. La economía de México o Canadá es mucho más dependiente de EE.UU. que al revés, aunque las cadenas de producción están integradas entre los tres países. De todas formas, el tacticismo puede hacer que las víctimas no se tomen en serio la amenaza. Y si se pliegan a las peticiones de Trump y éste revierte los aranceles, no se conseguirán los objetivos de protección e ingresos. Existe contradicción en los objetivos. Por otro lado, ningún cálculo razonable da para que los ingresos por aranceles sustituyan a los impuestos directos. Los aranceles los acaban pagando en buena parte los consumidores americanos con precios más altos.

Trump afirma que arancel es la palabra más bonita del diccionario y ha decidido volver a poner aranceles generales del 25% en el acero y el aluminio, como hizo en su primera estancia en la Casa Blanca, del 10% en China, y aranceles recíprocos en todos los países. Ha anunciado que a principios de abril pondrá aranceles del 25 por ciento a los vehículos, semiconductores y productos farmacéuticos. Hasta ahora, EEUU no ha puesto aranceles muy altos; el arancel medio ponderado por volumen en 2023 era 2,2%, mientras que en la UE era 2,7% y en India 12%. Trump no ve a México y Canadá como una amenaza económica, pero la Unión Europea (UE) y China sí lo son. Europa pone un 10% de aranceles en los vehículos de EE.UU. (que representan el 8% de las exportaciones a EE.UU.) mientras que EEUU impone sólo el 2,5%. Hay margen de negociación, pero la amenaza para la industria alemana está clara. El 80% de las ventas de Volkswagen en EE.UU. son importaciones y el 63% por Mercedes Benz.

¿Se pueden justificar los aranceles? La imposición al aluminio y el acero hace que la industria de EE.UU. que depende sea menos competitiva, y eleva los precios internos. La protección, en EEUU de la época de Hamilton o China durante un largo período, fue un éxito aparente. Es la teoría de la industria naciente que es protegida y subsidiada hasta que gana escala y se hace competitiva. Ahora China es partidaria del libre comercio porque su industria es extremadamente competitiva, en sectores como vehículo eléctrico, baterías y paneles solares. Ahora bien, en Sudamérica la sustitución de importaciones fue un fracaso y la experiencia de los años treinta del siglo pasado indica que la imposición de aranceles contribuyó a la Gran Depresión. Lo que es seguro es que la imposición unilateral de aranceles genera represalias y una espiral proteccionista. Esto puede acabar perjudicando a EEUU. Pensamos que ahora las empresas del índice S&P 500 generan el 42% de sus ingresos fuera de EE.UU. Los aranceles pueden aumentar la inversión directa extranjera en un país, pero provocan una distorsión en la asignación de recursos, ya que no se produce donde es más eficiente hacerlo. El crecimiento de la economía mundial se resentirá.

Además, los aranceles tenderán a apreciar el dólar al reducir la demanda de importaciones en EE.UU. y la oferta de dólares a los extranjeros. Y también pueden ser inflacionarios y obligar a la Reserva Federal a mantener tipos de interés más altos, oa rebajarlos menos, aunque la apreciación del dólar irá en sentido contrario. El mayor perjuicio de la imposición de aranceles, saltándose los tratados firmados (con México y Canadá, por ejemplo) y las reglas del comercio internacional, es que EEUU ha destruido su credibilidad como socio, ha menospreciado a las instituciones multilaterales y ha aumentado la incertidumbre mundial para realizar inversiones. Europa debe saber cómo responder a este ataque a la economía de mercado, teniendo en cuenta su peso económico, con medida calculada y firmeza, buscando nuevos socios comerciales y abriendo nuevos mercados, más hacia Asia y el Pacífico. EEUU ha dejado de ser un socio económico y político fiable para pasar a ser un adversario. La UE debe ser autónoma y definir una estrategia propia. Si no lo hace, no lo hará nunca.

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