Obituario

Joan Guinovart: una razón para no descansar

Joan Josep Guinovart en 2016
3 min

El traspaso de Joan Guinovart es para todos los que la queríamos una bofetada. Lo vemos venir, pero no nos avecíamos y al final nos ha cogido por sorpresa.

1973) y fue postdoctor en la Universidad de Virginia. Su investigación, básica y preclínica, se centró en la diabetes (metabolismo del glucógeno).Como toca, publicó e hizo una carrera académica brillante que, pasando por la Facultad de Veterinaria de la UAB, le llevó a la cátedra de bioquímica y biología molecular de la UB. Fue mentor doctoral de muchos alumnos, entre otros Joan Massagué y Fátima Bosch. Su red internacional de investigación fue extensa. idas a Chile y visitas de colegas polacos

Guinovart no se limitó a dirigir un laboratorio de éxito. Y sabía que para llegar había que predicar, impulsar, organizar. nunca. O no lo decía. Sabía que como condición para poner en marcha proyectos, especialmente si como todos los suyos eran más ambiciosos de lo que un pensamiento prudente podía creer razonable, era necesario encomendar entusiasmo en su entorno. Expresando ideas claras y siempre con el chiste adecuado en el momento adecuado. Joan predicaba. en 1999 a la concesión de la medalla Narcís Monturiol (otras distinciones cívicas: la Cruz de Sant Jordi, el premio Ciutat de Barcelona). Reflejan bien su talante. La medicina está avanzando gracias a la investigación de alta tecnología y la investigación de alta tecnología en el propio país es vital para facilitar la incorporación de los nuevos avances médicos en los hospitales".

"La investigación es un buen negocio y eso es un argumento que los catalanes deberíamos entender fácilmente".

"Es maravillosa la complicidad entre el Barça y una parte muy importante de la sociedad catalana . El mismo tipo de complicidad hay que crear en cuanto a las universidades y centros de investigación".

Y pone al Barça del suyo tiempo como modelo en tres respetos: el hábito de victoria, La Masia y la norma de completar las plantillas con los mejores jugadores del mundo.

Finalmente, pedía "un pacto –un término recurrente en él– para crear en Catalunya centros de investigación que sobresalgan en el perfil internacional de la ciencia y que sean puntos de referencia visibles de todo el mundo".

Juan impulsaba. Lo hizo con la palabra –predicando–, con los brazos –trabajando–, los pies –viajando– y el cerebro –diseñando–. Animando y haciendo. Si se necesitaban "puntos de referencia visibles en todo el mundo", él se puso y lideró el milagro de fundar (2005) y dirigir (hasta 2018) el Instituto de Investigación Biomédica (IRB), una institución que cumple con creces con el hito señalado. Hoy es una estrella brillante en Europa. Juan fue un profeta en su tierra, un profeta que además vio su visión hecha realidad.

Guinovart –La Masía como inspiración– se preocupó de cultivar vocaciones científicas. Creó el programa Locos por la Biología, orientado a alumnos de bachillerato. Hoy están Locos por muchas disciplinas. Siempre el pionero.

Juan organizaba. Sabía que el progreso de la ciencia necesita una sociedad civil de la ciencia organizada. En esta dimensión presidió la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) entre 1996 y 2000. Dirigió su revista, un modelo de revista científica para un público amplio, en el período 2006-2012. También presidió la International Union of Biochemistry and Molecular Biology (IUBMB). Pero como sabía que la ciencia no acaba en las ciencias de la vida, promovió la creación de la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE) y fue su primer director. Uno tour de force. La COSCE es hoy una institución clave en el panorama científico español.

Por estas actividades profesionales recibió el Pecht Award por la contribución destacada a la comunidad molecular de ciencias de la vida de la IUBMB.

Juan era devoto de su esposa Rosa, de su hija Catalina, y de Tarragona. Invocaba a menudo santa Tecla. Una persona de generosidad extraordinaria. Cuesta creer que se haya ido. Que descanse en paz, pero conjurémonos, a los que todavía estamos, a no descansar. Es lo mejor que podemos honrarlo.

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