EDITORIAL

Juntos: la hora de adaptarse a la nueva realidad

El acto de recibimiento a Carles Puigdemont.
12/08/2024
2 min

El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha explicado hoy que el partido celebrará un congreso a finales de octubre con el objetivo de "relanzar el independentismo". El hecho es que la formación liderada por Carles Puigdemont necesita redefinir la estrategia para adaptarse a la nueva realidad surgida de las urnas el 12-M, que ha desembocado en un Govern presidido por el socialista Salvador Illa con el apoyo externo de ERC y Comunes. Desde que el presidente Aragonès adelantó las elecciones, Junts se movió con un solo objetivo: ganar los comicios y situar a Puigdemont en el Palau de la Generalitat. Esta posibilidad se desvaneció la semana pasada, con la votación de la investidura, y se ha hecho aún más evidente con la configuración del nuevo Govern, donde Isla ha incorporado a un ex de Junts como Miquel Sàmper.

El resultado del congreso de Junts marcará la política catalana y española, mucho más que el de ERC, donde no se discute la estrategia sino sólo el liderazgo. En cambio, en Junts no se cuestiona el liderazgo de Puigdemont, pero habrá que decidir, por ejemplo, qué política sigue adelante en el Congreso de los Diputados con el nuevo escenario. Uno de los factores que van a interferir en el debate es la no aplicación de la amnistía en Puigdemont, Comín y Puig por parte de los jueces, que deja como último recurso para esquivar el boicot de la judicatura al Tribunal Constitucional, con mayoría progresista. Juntos tendrá que calibrar muy bien qué le conviene hacer, ya que es evidente que un gobierno del PP, con o sin Vox, pondría muchos más bastones en las ruedas a la aplicación de la ley.

Más allá de esta cuestión, sin embargo, sería bueno que Junts definiera también en congreso un proyecto de país claro y, como principal partido independentista, una estrategia transitable para conseguirla más allá de los golpes de efecto como el de la aparición fugaz de Puigdemont en Barcelona el pasado jueves y su regreso a Waterloo burlando a los Mossos. De las palabras de Turull se extrae la conclusión de que Junts buscará convertirse en el palo de pajar del independentismo, lo que equivale a mantener cierta ambigüedad en el plano ideológico, y que también intentará fagocitar a ERC acusando a los republicanos de haber hecho posible un "gobierno españolista". El reto de Junts será hacer compatible estos objetivos con el de representar a amplias capas de la sociedad que, ahora mismo, también esperan una respuesta clara a los problemas de su día a día. Si los junteros quieren erigirse en la alternativa al PSC, algo que ahora mismo son numéricamente en el Parlament, tendrán que ampliar el espectro de la crítica a otros ámbitos precisamente cuando lo visto en la parte final de la presidencia de Aragonès es una coincidencia entre los dos partidos en temas clave como la ampliación del aeropuerto, el Hard Rock o la B-40.

Es evidente que, al igual que Cataluña necesita un buen gobierno, también necesita una buena oposición. Y Junts debe aprovechar este congreso para adaptarse a una realidad que no le es especialmente favorable pero en la que seguirá jugando un papel imprescindible.

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